Esta ciudad está podrida -replicó Himitsu a tus últimas palabras. No detectaste ningún deje de desprecio o enfado en esa aseveración-. Pero no os estoy revelando nada nuevo, ¿no es así? A pesar de vuestro trabajo hay crímenes todos los días, algunos parecidos a la muerte de esos etas. Pero al fin y al cabo no había nada en la muerte de aquellos etas que las diferenciara de otras muertes en la ciudad. Tan sólo oí decir que había "demasiadas heridas innecesarias". Os daré una opinión personal, gratis, por supuesto: quien matara a esos etas no ha vuelto a matar en Ryoko Owari, al menos antes de esos nefastos acontecimientos en vuestra residencia.
Himitsu se despidió de ti con la cortesía habitual y te dio las gracias por tus últimas palabras.
Una vez en la calle, diste rienda suelta a tus pensamientos.
Unas conclusiones muy lógicas, Kenshin-san -dijo Mei a tu lado-. Así pues, ¿partiremos ya hacia Mikan Mura? Tendreis que escoger vuestros mejores kimonos, al fin y al cabo vamos a la inauguración de un jardín. Supongo que también tendremos que llevar un regalo a vuestros anfitriones. ¿Alguna idea?
OUT
Sí, toca ir ya a la Ciudad de la Mandarina, pero tenemos aun unos dias, por si te apetece hacer alguna cosita o terminamos ya el preludio y esperamos al prologo.
Preludio: En la quietud del ocaso
Moderador: Mario
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