Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
- Isawa_Hiromi
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Bueno, yo creo que ellos deben considerarse más bien seres de otros reinos y saben que al no ser de este son al menos no-naturales." Meditó Nozomi.
...
"Y no sólo por la filosofía de la naturalidad y de la inspiración en el golpe, sino por la temática natural como es la vida y la muerte, la poesía de lo efímero y... que no a todos les tiene que gustar pero que al final uno se impone."
Bromeó Nozomi al final.
"No sé si tras ciertos fallos hay espacio para pensar en esta ciudad o sólo para desesperarte..."
Murmuró Shinode, después de todo había fallos que una vez cometidos había poca estrategia de salvación.
"Va a serle complicado o muy sencillo mostrar esa conexión que tienen las Damas. te dijo Shinode la cuestión quizás estribe en la forma de presentarlo y cómo hacer para que, pase el tiempo que pase, la dinámica que tienen se siga entiendo. Que dentro de siete siglos quien mire la obra entienda cómo eran y cómo se relacionaban esas damas de la corte."
Pensó en voz alta.
"Oh, no es algo en concreto del Clan Cangrejo sino de la Dama Hida.
Cuando llegó a la ciudad debido a que no se sentía cómoda y tampoco quería estar demasiado rodeada de su Clan al sentirse... abandonada por este al haber aceptado, de una forma que era imposible no hacerlo, el veredicto de la Ama Era complicado. Empezó a frecuentar lugares donde los clanes menores van para poder distraerse. No es que hiciera amigos directamente, ella sólo iba allí sola y pasaba el rato pero empezó a llamar la atención. Luego algún que otro suceso, alguna ayuda inesperada o como cuando un otoño calló una enorme tromba de agua y ayudó a unos Kitsunes que estaban transportando unos libros del registro a que no se mojaran, o como aquella vez que en uno de los incendios provocados por un temblor de la tierra salvó a un anciano Kasuga...
Esa clase de cosas hizo que empezara a mirarse hacia ella de forma distinta. Luego ella empezó a interactuar más con los clanes menores y para cuando los primeros enemigos en la corte aparecieron, antes de aprender lo que son las manos de piedra cangrejo, ya hubo ciertos asuntos de los que nunca tuvo que ocuparse debido a que la gratitud de los clanes menores se le mostró resolviendole problemas antes que ella siquiera se enterese."
...
"Y no sólo por la filosofía de la naturalidad y de la inspiración en el golpe, sino por la temática natural como es la vida y la muerte, la poesía de lo efímero y... que no a todos les tiene que gustar pero que al final uno se impone."
Bromeó Nozomi al final.
"No sé si tras ciertos fallos hay espacio para pensar en esta ciudad o sólo para desesperarte..."
Murmuró Shinode, después de todo había fallos que una vez cometidos había poca estrategia de salvación.
"Va a serle complicado o muy sencillo mostrar esa conexión que tienen las Damas. te dijo Shinode la cuestión quizás estribe en la forma de presentarlo y cómo hacer para que, pase el tiempo que pase, la dinámica que tienen se siga entiendo. Que dentro de siete siglos quien mire la obra entienda cómo eran y cómo se relacionaban esas damas de la corte."
Pensó en voz alta.
"Oh, no es algo en concreto del Clan Cangrejo sino de la Dama Hida.
Cuando llegó a la ciudad debido a que no se sentía cómoda y tampoco quería estar demasiado rodeada de su Clan al sentirse... abandonada por este al haber aceptado, de una forma que era imposible no hacerlo, el veredicto de la Ama Era complicado. Empezó a frecuentar lugares donde los clanes menores van para poder distraerse. No es que hiciera amigos directamente, ella sólo iba allí sola y pasaba el rato pero empezó a llamar la atención. Luego algún que otro suceso, alguna ayuda inesperada o como cuando un otoño calló una enorme tromba de agua y ayudó a unos Kitsunes que estaban transportando unos libros del registro a que no se mojaran, o como aquella vez que en uno de los incendios provocados por un temblor de la tierra salvó a un anciano Kasuga...
Esa clase de cosas hizo que empezara a mirarse hacia ella de forma distinta. Luego ella empezó a interactuar más con los clanes menores y para cuando los primeros enemigos en la corte aparecieron, antes de aprender lo que son las manos de piedra cangrejo, ya hubo ciertos asuntos de los que nunca tuvo que ocuparse debido a que la gratitud de los clanes menores se le mostró resolviendole problemas antes que ella siquiera se enterese."
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Ves, a eso me refiero. Me parece muy injusto... Esos seres de otros Reinos vienen aquí atraídos como el zorro por el gallinero, mientras que nosotros los mortales, ¿qué haríamos en sus planos de origen? ¿También huirían asustados de nosotros?
Estarás pensando que desvarío -bromeo con una risotada -Lo que quiero decir es que deberíamos perderles el miedo, y aprender a matarlos al menos con el mismo interés con el que aprendemos a matarnos unos humanos a otros, ¿no te parece? Quizás hasta deberíamos comérnoslos -sonrío al final de medio lado, ofreciendo una conclusión algo menos irracional que la mayoría del argumentario anterior, ju.
Al menos se que en esto Kashin estará de acuerdo conmigo.
...
-La belleza de lo efímero, muy cierto -murmuro moviendo la cabeza afirmativamente. En eso también se parecen mucho el iai y el haiku.
-Seguro que en la corte ya se os habrá ocurrido organizar duelos de haikus para que dos contendientes puedan dirimir sus diferencias ofendiéndose con estilo -le sonrío a la Daidoji tras afirmar eso de que al final alguno se impone.
-Es verdad, pero yo soy de los que piensan que incluso tras esos fallos catastróficos hay que reflexionar, incluso aunque ya poco tenga remedio. Verán, casi nunca sabemos cual será nuestro último paso, pero eso no puede hacer que dejemos de pensar en el siguiente, precisamente porque no sabemos cual de ellos va a ser o no el último.
E incluso tras éste, ¿acaso no deberíamos tener en cuenta que aún deberemos responder ante la Rueda y la vida futura? Es mejor afrontar el juicio habiendo aprendido incluso de nuestro mayor, y último, error, en vez de simplemente habernos hundido en la desesperación -le planteo a Shinode, recordando lo que solía decir mi padre, muy relacionado con el modo de vida de los bushis y nuestra filosofía de "haber nacido muertos", pero en general extensible a cualquier samurai; aprende de cada fallo, incluso del que te cueste la vida, pues por encima de ésta quedará el honor y el alma.
-Una reflexión muy interesante, Shinode-san -le concedo con un cabeceo, porque yo también me lo he planteado así que le reconozco su talento creativo y su perspicacia -Para empezar a darle forma a aquella, la pregunta sería, ¿realmente ahora sabemos cómo son, o sólo vemos lo que Kotoko-san en primer lugar quiere que veamos, lo cual será sin duda una mezcla de ciertas medias verdades y muchos engaños de bufón?
Pero más allá de eso, de verlas como un cúmulo de rumores, como un posible aliado o acaso un enemigo... ¿las conocemos realmente?
Claro está que si la respuesta es no, entonces no podemos pretender que dentro de siete siglos si sepan como fueron; sólo verán nieblas, muchas hipótesis y pocas certezas. Eso dependerá en gran medida de lo dispuestas que estén a revelarlo o no durante el proceso de posado. Y quien sabe, quizás la última gran broma pesada del legado de Kakita Kotoko como bufón sea mantener el engaño ante la corte durante siglos. -suspiro encogiéndome de hombros. Yo no puedo retratar quien creo que es cada modelo, pretender decirles quienes son. Ellas deben querer contarlo, estar dispuestas a expresarlo y ése es al auténtico desnudo del alma. Pero que la dama grulla quiera o no hacerlo es cosa suya, suponiendo que en gran medida Kuronuma se conformará con que la Kakita no cometa ninguna locura.
-Ah, comprendo -replico a lo que explica Tama -Entiendo tanto que se sintiera fuera de lugar, como que su honestidad y empeño resultasen todo un atractivo para quien fuera conociéndola en aquellos momentos -especialmente si no muchos años antes debía de ser aún frecuente ver a muchos Cangrejos en la ciudad, pero las malas lenguas avisan que para entonces no se diferenciaban demasiado de los habituales samurai arrogantes de los demás clanes mayores.
-Una personalidad hipnótica, ésa es el palabra -añado, como si pensara para mi mismo.
-En fin, me temo que ya hemos abusado demasiado de su cortesía, mi señoras. Permítannos que les dejemos volver a sus propios asuntos, mi compañera Daidoji y yo aún tenemos que llegar a la Ciudad Prohibida y hay un dicho sagrado entre los bushis: no lleves el estómago demasiado lleno cuando vayas a la batalla -comento a modo de broma, levantándome antes de realizar una marcada reverencia de despedida a ambas.
Estarás pensando que desvarío -bromeo con una risotada -Lo que quiero decir es que deberíamos perderles el miedo, y aprender a matarlos al menos con el mismo interés con el que aprendemos a matarnos unos humanos a otros, ¿no te parece? Quizás hasta deberíamos comérnoslos -sonrío al final de medio lado, ofreciendo una conclusión algo menos irracional que la mayoría del argumentario anterior, ju.
Al menos se que en esto Kashin estará de acuerdo conmigo.
...
-La belleza de lo efímero, muy cierto -murmuro moviendo la cabeza afirmativamente. En eso también se parecen mucho el iai y el haiku.
-Seguro que en la corte ya se os habrá ocurrido organizar duelos de haikus para que dos contendientes puedan dirimir sus diferencias ofendiéndose con estilo -le sonrío a la Daidoji tras afirmar eso de que al final alguno se impone.
-Es verdad, pero yo soy de los que piensan que incluso tras esos fallos catastróficos hay que reflexionar, incluso aunque ya poco tenga remedio. Verán, casi nunca sabemos cual será nuestro último paso, pero eso no puede hacer que dejemos de pensar en el siguiente, precisamente porque no sabemos cual de ellos va a ser o no el último.
E incluso tras éste, ¿acaso no deberíamos tener en cuenta que aún deberemos responder ante la Rueda y la vida futura? Es mejor afrontar el juicio habiendo aprendido incluso de nuestro mayor, y último, error, en vez de simplemente habernos hundido en la desesperación -le planteo a Shinode, recordando lo que solía decir mi padre, muy relacionado con el modo de vida de los bushis y nuestra filosofía de "haber nacido muertos", pero en general extensible a cualquier samurai; aprende de cada fallo, incluso del que te cueste la vida, pues por encima de ésta quedará el honor y el alma.
-Una reflexión muy interesante, Shinode-san -le concedo con un cabeceo, porque yo también me lo he planteado así que le reconozco su talento creativo y su perspicacia -Para empezar a darle forma a aquella, la pregunta sería, ¿realmente ahora sabemos cómo son, o sólo vemos lo que Kotoko-san en primer lugar quiere que veamos, lo cual será sin duda una mezcla de ciertas medias verdades y muchos engaños de bufón?
Pero más allá de eso, de verlas como un cúmulo de rumores, como un posible aliado o acaso un enemigo... ¿las conocemos realmente?
Claro está que si la respuesta es no, entonces no podemos pretender que dentro de siete siglos si sepan como fueron; sólo verán nieblas, muchas hipótesis y pocas certezas. Eso dependerá en gran medida de lo dispuestas que estén a revelarlo o no durante el proceso de posado. Y quien sabe, quizás la última gran broma pesada del legado de Kakita Kotoko como bufón sea mantener el engaño ante la corte durante siglos. -suspiro encogiéndome de hombros. Yo no puedo retratar quien creo que es cada modelo, pretender decirles quienes son. Ellas deben querer contarlo, estar dispuestas a expresarlo y ése es al auténtico desnudo del alma. Pero que la dama grulla quiera o no hacerlo es cosa suya, suponiendo que en gran medida Kuronuma se conformará con que la Kakita no cometa ninguna locura.
-Ah, comprendo -replico a lo que explica Tama -Entiendo tanto que se sintiera fuera de lugar, como que su honestidad y empeño resultasen todo un atractivo para quien fuera conociéndola en aquellos momentos -especialmente si no muchos años antes debía de ser aún frecuente ver a muchos Cangrejos en la ciudad, pero las malas lenguas avisan que para entonces no se diferenciaban demasiado de los habituales samurai arrogantes de los demás clanes mayores.
-Una personalidad hipnótica, ésa es el palabra -añado, como si pensara para mi mismo.
-En fin, me temo que ya hemos abusado demasiado de su cortesía, mi señoras. Permítannos que les dejemos volver a sus propios asuntos, mi compañera Daidoji y yo aún tenemos que llegar a la Ciudad Prohibida y hay un dicho sagrado entre los bushis: no lleves el estómago demasiado lleno cuando vayas a la batalla -comento a modo de broma, levantándome antes de realizar una marcada reverencia de despedida a ambas.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Bueno, eso de comernoslo es cuanto menos barbárico se rio pero no sé si se puede perder el miedo a algo que es además de otro reino sobrenatural en el sentido que posee poderes y que son.... ¿cosas? por encima de toda explicación."
...
"Oh, eso es un clásico, la verdad, lo de los concursos de haikus en el más puro estilo guerra dialéctica y sarcástica."
Asintió Nozomi.
"Hay algunos muy buenos en esta ciudad, hay que tener cuidado porque quién menos te lo esperas es un maestro en el arte de insultar en poesía."
"Bueno, de hecho creo que si no reflexionamos ante los fallos ¿Cuándo lo vamos a hacer? Se olvida con más facilidad reflexionar cuando nos va bien, pero sin lugar a dudas saber en lo que nos hemos equivocado sirve en esta o en otras vidas para tratar de no cometer los mismos errores."
"Incluso aunque fuera una burla un mensaje oculto en una botella en el tiempo de un cuadro es buena idea. Luego podéis si queréis dejarlo puesto en vuestras memorias o quien sabe, si termina estando sólo oculto en el cuadro quién os dice que dentro de diez generaciones no se encuentre el secreto y sea todo un revuelo, de nuevo."
Sonrió esta.
"Siempre he pensado que si el arte trata de quedar para toda la eternidad y hay formas de dejar mensajes, por qué no hacerlo."
"Ah, en absoluto, muchas gracias por su compañía, espero que le hayan parecido los pastelitos tan buenos como decian."
Y lo cierto es que esta ciudad tenía esa cualidad, de darte todo lo que necesitabas y de superar las expectativas.
Nozomi y tu os levantasteis, os depesdisteis y salisteis de nuevo hacia la Ciudad Prohibida con este medio parón.
"Creo que puede funcionar." dijo de pronto esta mientras andabais."Al menos no te ve como amenaza al honor de su cuñada."
...
"Oh, eso es un clásico, la verdad, lo de los concursos de haikus en el más puro estilo guerra dialéctica y sarcástica."
Asintió Nozomi.
"Hay algunos muy buenos en esta ciudad, hay que tener cuidado porque quién menos te lo esperas es un maestro en el arte de insultar en poesía."
"Bueno, de hecho creo que si no reflexionamos ante los fallos ¿Cuándo lo vamos a hacer? Se olvida con más facilidad reflexionar cuando nos va bien, pero sin lugar a dudas saber en lo que nos hemos equivocado sirve en esta o en otras vidas para tratar de no cometer los mismos errores."
"Incluso aunque fuera una burla un mensaje oculto en una botella en el tiempo de un cuadro es buena idea. Luego podéis si queréis dejarlo puesto en vuestras memorias o quien sabe, si termina estando sólo oculto en el cuadro quién os dice que dentro de diez generaciones no se encuentre el secreto y sea todo un revuelo, de nuevo."
Sonrió esta.
"Siempre he pensado que si el arte trata de quedar para toda la eternidad y hay formas de dejar mensajes, por qué no hacerlo."
"Ah, en absoluto, muchas gracias por su compañía, espero que le hayan parecido los pastelitos tan buenos como decian."
Y lo cierto es que esta ciudad tenía esa cualidad, de darte todo lo que necesitabas y de superar las expectativas.
Nozomi y tu os levantasteis, os depesdisteis y salisteis de nuevo hacia la Ciudad Prohibida con este medio parón.
"Creo que puede funcionar." dijo de pronto esta mientras andabais."Al menos no te ve como amenaza al honor de su cuñada."
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Pues bien que nos comemos las carpas, y según Nisio-sensei algunas de ellas son almas en pleno viaje de ascenso, que parpadean y tal. Así que igual alguna vez ya te has comido asada una.
Eso que dices también es cierto, pero piensa en las ratas, o las cucarachas. ¿Tiene explicación que sean tan feas? Lo gracioso es que desde su punto de vista ser como son ellas es lo "normal", mientras que tener dos brazos y dos piernas y un mechón de pelo sólo en la cabeza quizás les parezca lo más raro, deforme y antinatural del mundo.
En cuanto a poderes... meh, ellas me pueden contagiar enfermedades mortales, y yo las puedo aplastar de un pisotón. ¿Qué debería dar más miedo? -expongo encogiéndome de hombros, divertido por aquella conversación sin sentido pero perfectamente argumentada.
...
-Como comprenderás, por mucho que respete la poesía soy un duelista y tengo mis límites. Pudiendo resolver las disputas civilizadamente de un tajo, eso de lanzar insultos verbales me parece algo terriblemente desagradable -le comento a Nozomi con media sonrisa, y aunque pueda parecer que lo digo con socarronería, que también, la verdad es que lo pienso en serio. Ofender a un samurai me parece más zafio que matarlo.
-Justamente, eso mismo pienso yo Shinode-san. Se supone que no recordamos nada cuando renacemos, pero es un hecho que si mantenemos cierta memoria espiritual digamos; ¿quien dice que aunque no recordemos el razonamiento del fallo que cometimos al morir, no quede la impronta de la lección aprendida de manera inconsciente en nuestro nuevo ser? -le contesto con toda la lógica. Quizás, quien puede saberlo, pero dejar pasar la oportunidad es sin lugar a dudas el tipo de necedad que no suele gustarle al karma.
-Si dependiera solo de mi, dejaría pequeñas pistas dentro de la iconografía del propio cuadro, elementos que interpretados de la forma adecuada resuelvan el puzzle, aunque sólo fuera una de las posibles hipótesis entre cientos. Pero conociendo a Kotoko-san, creo que ella preferiría dejar no sólo un puzzle, sino un reguero de estos en diferentes puntos de la ciudad, para que en la posteridad sólo alguien tan inteligente como ella los resuelva y los una todos mostrando el gran engaño final...
O quizás no, y sólo sea un cuadro hermoso. Quien sabe, es lo bueno de este trabajo -sonrío queriendo decir que el primer sorprendido por los detalles de cada obra soy yo mismo.
-Aún mejores, mis señoras -indico con una reverencia grulla, sobre la calidad de los dulces de aquel lugar.
...
-Eso sería un gran resultado. Que una Matsu, incluso una de adopción, no vea a un Kakita como una amenaza, ya es haber ganado una importante batalla.
Si ahora consigo hacer dudar al menos a Umeko, si lo que tengo entendido de ella es cierto acudirá a su cuñada para consultar su opinión, y si encuentra una reacción favorable en ésta, pues... quien sabe, podría acabar aceptando.
Así que... bueno, queda el siguiente paso. Tú conoces a más de ésas... bueno, no quiero decir locas, pero ya me entiendes, que yo. ¿Cómo te presentarías ante una de ellas con algo así? ¿Directamente, con sutileza...? Si es a espadazos algo tengo ganado, porque ya me enfrenté con ella en el seminario. -le pregunto a Nozomi rascándome la nuca mientras nos acercamos a la gran puerta interior de este lado de la ciudad.
Eso que dices también es cierto, pero piensa en las ratas, o las cucarachas. ¿Tiene explicación que sean tan feas? Lo gracioso es que desde su punto de vista ser como son ellas es lo "normal", mientras que tener dos brazos y dos piernas y un mechón de pelo sólo en la cabeza quizás les parezca lo más raro, deforme y antinatural del mundo.
En cuanto a poderes... meh, ellas me pueden contagiar enfermedades mortales, y yo las puedo aplastar de un pisotón. ¿Qué debería dar más miedo? -expongo encogiéndome de hombros, divertido por aquella conversación sin sentido pero perfectamente argumentada.
...
-Como comprenderás, por mucho que respete la poesía soy un duelista y tengo mis límites. Pudiendo resolver las disputas civilizadamente de un tajo, eso de lanzar insultos verbales me parece algo terriblemente desagradable -le comento a Nozomi con media sonrisa, y aunque pueda parecer que lo digo con socarronería, que también, la verdad es que lo pienso en serio. Ofender a un samurai me parece más zafio que matarlo.
-Justamente, eso mismo pienso yo Shinode-san. Se supone que no recordamos nada cuando renacemos, pero es un hecho que si mantenemos cierta memoria espiritual digamos; ¿quien dice que aunque no recordemos el razonamiento del fallo que cometimos al morir, no quede la impronta de la lección aprendida de manera inconsciente en nuestro nuevo ser? -le contesto con toda la lógica. Quizás, quien puede saberlo, pero dejar pasar la oportunidad es sin lugar a dudas el tipo de necedad que no suele gustarle al karma.
-Si dependiera solo de mi, dejaría pequeñas pistas dentro de la iconografía del propio cuadro, elementos que interpretados de la forma adecuada resuelvan el puzzle, aunque sólo fuera una de las posibles hipótesis entre cientos. Pero conociendo a Kotoko-san, creo que ella preferiría dejar no sólo un puzzle, sino un reguero de estos en diferentes puntos de la ciudad, para que en la posteridad sólo alguien tan inteligente como ella los resuelva y los una todos mostrando el gran engaño final...
O quizás no, y sólo sea un cuadro hermoso. Quien sabe, es lo bueno de este trabajo -sonrío queriendo decir que el primer sorprendido por los detalles de cada obra soy yo mismo.
-Aún mejores, mis señoras -indico con una reverencia grulla, sobre la calidad de los dulces de aquel lugar.
...
-Eso sería un gran resultado. Que una Matsu, incluso una de adopción, no vea a un Kakita como una amenaza, ya es haber ganado una importante batalla.
Si ahora consigo hacer dudar al menos a Umeko, si lo que tengo entendido de ella es cierto acudirá a su cuñada para consultar su opinión, y si encuentra una reacción favorable en ésta, pues... quien sabe, podría acabar aceptando.
Así que... bueno, queda el siguiente paso. Tú conoces a más de ésas... bueno, no quiero decir locas, pero ya me entiendes, que yo. ¿Cómo te presentarías ante una de ellas con algo así? ¿Directamente, con sutileza...? Si es a espadazos algo tengo ganado, porque ya me enfrenté con ella en el seminario. -le pregunto a Nozomi rascándome la nuca mientras nos acercamos a la gran puerta interior de este lado de la ciudad.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"No sé... yo creo que si una de esas cucarachas tuviera nuestro tamaño o al menos tres veces más de lo que ya miden nos mataban a todos de un infarto al corazón." se rió.
...
"Claro, mucho más desagradable que matarlo, claro claro."
Te respondió Nozomi con aún más sorna.
"Bueno, entonces va a tener que pensarlo bien para que no sólo sea la Dama Kotoko la que deje pistas en su cuadro."
Te dijo esta antes que os fuerais del desayuno.
...
"Seguro que le consulta, aunque sea de manera disimulada en una charla informal tomando el té en casa."
Asintió Nozomi.
"Hum......... si fuera yo iría directamente a hablar con ella, le pediría hasta una cita oficial para así no hacerle perder el tiempo. Si hay algo que Umeko-san ha demostrado en el tiempo en esta ciudad es que odia las terjiversaciones, las maquinaciones a las espaldas y la pérdida de tiempo.
Si la abordases en cualquier lugar fingiendo casualidad lo notaría, si estuviera haciendo sus cosas y le quitases tiempo, le molestaría, y si tratases de dar vueltas al asunto intentando usar la retórica para convencerla antes si quiera de haberle contado de que se trata seguro que se lo toma como un insulto.
Creo que el mejor ataque en este caso es como si fuera un duelo. Ponerte delante, espada en ristre, sin engaños ni medias tintes y darlo todo a un golpe."
Mientras ibais hablando llegasteis a una de las puertas de la Ciudad Prohibida donde la Guardia Seppun comprobaron que vuestros nombres estaban puestos en la lista de personas que podían pasar de aquellas puertas para seguir hacia delante, no sin antes que Nozomi comentase alguna cosa con los guardias denotando que los conocía, tras lo cual seguisteis hacia arriba.
...
"Claro, mucho más desagradable que matarlo, claro claro."
Te respondió Nozomi con aún más sorna.
"Bueno, entonces va a tener que pensarlo bien para que no sólo sea la Dama Kotoko la que deje pistas en su cuadro."
Te dijo esta antes que os fuerais del desayuno.
...
"Seguro que le consulta, aunque sea de manera disimulada en una charla informal tomando el té en casa."
Asintió Nozomi.
"Hum......... si fuera yo iría directamente a hablar con ella, le pediría hasta una cita oficial para así no hacerle perder el tiempo. Si hay algo que Umeko-san ha demostrado en el tiempo en esta ciudad es que odia las terjiversaciones, las maquinaciones a las espaldas y la pérdida de tiempo.
Si la abordases en cualquier lugar fingiendo casualidad lo notaría, si estuviera haciendo sus cosas y le quitases tiempo, le molestaría, y si tratases de dar vueltas al asunto intentando usar la retórica para convencerla antes si quiera de haberle contado de que se trata seguro que se lo toma como un insulto.
Creo que el mejor ataque en este caso es como si fuera un duelo. Ponerte delante, espada en ristre, sin engaños ni medias tintes y darlo todo a un golpe."
Mientras ibais hablando llegasteis a una de las puertas de la Ciudad Prohibida donde la Guardia Seppun comprobaron que vuestros nombres estaban puestos en la lista de personas que podían pasar de aquellas puertas para seguir hacia delante, no sin antes que Nozomi comentase alguna cosa con los guardias denotando que los conocía, tras lo cual seguisteis hacia arriba.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
Asiento, pensando en que si midieran tres metros seguro que aún así conseguían colarse por debajo de las puertas...
...
-Eso pienso yo. Todos los que me han hablado de Matsu Umeko coincidían en que tiene el suficiente sentido común como para reconocer que su cuñada tiene más y mejor ojo para temas sociales que a la bushi no se le dan bien. Como alto cargo de la embajada no puede ignorarlos sin más estando en la capital, así que acaba consultándole. Con más o menos disimulo como dices, pero espero que lo haga.
-O sea, que odia la corte -bromeo con una risotada, resumiendo así la enumeración que ha hecho Nozomi de tergiversar, maquinar y perder el tiempo.
-Entonces me estás recomendando ser directo y honesto... La pesadilla de todo maestro de protocolo grulla. El mío me daría un bastonazo en la cabeza solo con que me planteara siquiera tratar un asunto como éste de una forma tan... "grosera y zafia", le llamaría él -murmuro rascándome justo la parte de arriba del cráneo donde ya me gané más de un golpe de aquel viejecito nada entrañable y si muy estricto.
-Pero claro, es una Matsu. No digo que sea grosera, eso ya lo diría mi profesor, sin embargo está claro que la forma tradicional de hacer las cosas de nuestro Clan no ha sido históricamente del agrado de esa familia.
Lo interesante es que mi arte tampoco lo es, así que pienso que puedo ganar muchos enteros si hago lo que dices, en vez de lo que habría hecho normalmente; así verá esa diferencia con los demás "emplumados".
-Así que... a ver, hagamos una prueba. Imagina que eres ella. Pido una cita oficial en la embajada, y... ¿qué? ¡No te rías! No se me da bien hacer las cosas de forma directa, soy bueno con la retórica. ¿Le pregunto sin más si quiere ser mi modelo?
Eso no funcionaría, ni siquiera es un duelo; en uno hay más parafernalia; la concentración, el chi... No se llega y se desenvaina sin más a lo loco -siseo chasqueando la lengua, reconociendo la dificultad que supone algo así para alguien acostumbrado a tratar con otros grullas casi toda mi vida.
-¿No tendría que explicarle primero algo más...? Antes de lanzar la cuestión quiero decir. Eso no es dar rodeos, ¿o para ellas si?
...
-Eso pienso yo. Todos los que me han hablado de Matsu Umeko coincidían en que tiene el suficiente sentido común como para reconocer que su cuñada tiene más y mejor ojo para temas sociales que a la bushi no se le dan bien. Como alto cargo de la embajada no puede ignorarlos sin más estando en la capital, así que acaba consultándole. Con más o menos disimulo como dices, pero espero que lo haga.
-O sea, que odia la corte -bromeo con una risotada, resumiendo así la enumeración que ha hecho Nozomi de tergiversar, maquinar y perder el tiempo.
-Entonces me estás recomendando ser directo y honesto... La pesadilla de todo maestro de protocolo grulla. El mío me daría un bastonazo en la cabeza solo con que me planteara siquiera tratar un asunto como éste de una forma tan... "grosera y zafia", le llamaría él -murmuro rascándome justo la parte de arriba del cráneo donde ya me gané más de un golpe de aquel viejecito nada entrañable y si muy estricto.
-Pero claro, es una Matsu. No digo que sea grosera, eso ya lo diría mi profesor, sin embargo está claro que la forma tradicional de hacer las cosas de nuestro Clan no ha sido históricamente del agrado de esa familia.
Lo interesante es que mi arte tampoco lo es, así que pienso que puedo ganar muchos enteros si hago lo que dices, en vez de lo que habría hecho normalmente; así verá esa diferencia con los demás "emplumados".
-Así que... a ver, hagamos una prueba. Imagina que eres ella. Pido una cita oficial en la embajada, y... ¿qué? ¡No te rías! No se me da bien hacer las cosas de forma directa, soy bueno con la retórica. ¿Le pregunto sin más si quiere ser mi modelo?
Eso no funcionaría, ni siquiera es un duelo; en uno hay más parafernalia; la concentración, el chi... No se llega y se desenvaina sin más a lo loco -siseo chasqueando la lengua, reconociendo la dificultad que supone algo así para alguien acostumbrado a tratar con otros grullas casi toda mi vida.
-¿No tendría que explicarle primero algo más...? Antes de lanzar la cuestión quiero decir. Eso no es dar rodeos, ¿o para ellas si?
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"¿Qué persona con dos dedos de frente que quiera vivir una vida tranquila no odiaría la corte?" se rio esta.
"¿Es ir en contra del protocolo o es usar el protocolo del león? te preguntó de vuelta"Si hay algo que he aprendido en esta ciudad es que hay que saber no sólo decir las cosas y a quién se las dices sino cómo se las dices y no siempre siguiendo nuestro protocolo. No tiene sentido entablar conversaciones diplomáticas, por ejemplo, con el Cangrejo, sin respetar sus valores y cómo hacen las cosas.
Hay muchos cortesanos que llegan pensando que como ellos saben como hacer las cosa según como se las han enseñado eso es suficiente y no, me temo que hay que saber hacer las cosas en todas las versiones posibles.
Así que tu pragmatismo Daidoji que te enseña justo eso es tu mayor aliado, de hecho, a más parezcas uno de nosotros y menos un Kakita, mejor."
Te dijo esta.
"Nononono.
A ver, pides una cita para verla. Luego vas y si, hablas algunas chorradas del tiempo y demás que empezar de golpe sólo a los Cangrejo les va, ella sigue siendo León, un poco de preguntarle qué tal la Embajada y dos temas intrascendentes antes de empezar diciendo algo asi como "el motivo de mi visita..." y de ahí antes de soltarle el zasca lo que yo haría sería hablarle de tu obra y de cómo sabes que ella lo recibió al inicio y como esperas que, tras otros cuadros, haya cambiado de idea.
Entonces seguro que ella te dice que qué más dará lo que ella piense, que no es una experta en arte, en cuyo momento tu debes atacar en modo "pero es que su opinión representa a muchos otros y a la vez es capaz de dejar en valor el cambio que la misma mentalidad de un bushi puede tener cuando entiende el punto en concreto" o algo así. Y por ahí, atendiendo a lo que ella te dijera le soltaba lo de que quieres que sea tu modelo justamente para eso, para que se entienda el mensaje.
Más o menos. jaja"
"¿Es ir en contra del protocolo o es usar el protocolo del león? te preguntó de vuelta"Si hay algo que he aprendido en esta ciudad es que hay que saber no sólo decir las cosas y a quién se las dices sino cómo se las dices y no siempre siguiendo nuestro protocolo. No tiene sentido entablar conversaciones diplomáticas, por ejemplo, con el Cangrejo, sin respetar sus valores y cómo hacen las cosas.
Hay muchos cortesanos que llegan pensando que como ellos saben como hacer las cosa según como se las han enseñado eso es suficiente y no, me temo que hay que saber hacer las cosas en todas las versiones posibles.
Así que tu pragmatismo Daidoji que te enseña justo eso es tu mayor aliado, de hecho, a más parezcas uno de nosotros y menos un Kakita, mejor."
Te dijo esta.
"Nononono.
A ver, pides una cita para verla. Luego vas y si, hablas algunas chorradas del tiempo y demás que empezar de golpe sólo a los Cangrejo les va, ella sigue siendo León, un poco de preguntarle qué tal la Embajada y dos temas intrascendentes antes de empezar diciendo algo asi como "el motivo de mi visita..." y de ahí antes de soltarle el zasca lo que yo haría sería hablarle de tu obra y de cómo sabes que ella lo recibió al inicio y como esperas que, tras otros cuadros, haya cambiado de idea.
Entonces seguro que ella te dice que qué más dará lo que ella piense, que no es una experta en arte, en cuyo momento tu debes atacar en modo "pero es que su opinión representa a muchos otros y a la vez es capaz de dejar en valor el cambio que la misma mentalidad de un bushi puede tener cuando entiende el punto en concreto" o algo así. Y por ahí, atendiendo a lo que ella te dijera le soltaba lo de que quieres que sea tu modelo justamente para eso, para que se entienda el mensaje.
Más o menos. jaja"
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Supongo que ningún cortesano quiere una vida tranquila con duelos al atardecer, campañas militares y una muerte decente en medio de una carga de caballería -suspiro encogiéndome de hombros, aún sonriendo de medio lado.
-Ahora hablas como una Daidoji, ju. Ningún maestro de protocolo Kakita o Doji que conozca se rebajaría a considerar que exista otra opción alternativa a usar su propia etiqueta; para ellos todo lo que queda fuera de eso es prácticamente la barbarie. Somos la luz de la civilización y son los demás quienes deben adaptarse a nuestros usos, no al revés, y bla, bla bla.
Te dirían algo así como... ¿entonces puedes comer con las manos y haciendo ruido porque es el protocolo Cangrejo? ¿O mentir porque es el Escorpión?
Pero sabes qué, creo que tienes razón. Esto es Otosan Uchi, llega un momento en el que incluso los cortesanos Doji tienen que sacarse la vara del trasero y demostrar un poco de flexibilidad para conseguir imponerse entre tanta heterodoxia como hay en esta ciudad.
Así que cuanto más nosotros... -reflexiono pensativo. Si, es la Grulla quien dicta las normas de etiqueta, pero hay Clanes a los que eso les importa más y otros menos, y precisamente tendríamos que saber sacar ventaja de ello y tratar con todos aunque en el fondo sigamos pensando que huelen bastante peor que nosotros mismos, ju.
-No se cómo tomarme eso. La mayoría de mis compañeros de dojo me decían que mi forma de ser ya les parecía "terriblemente" Daidoji. De hecho, a menudo usaban justo esa palabra, terrible -bromeo con una carcajada, aunque lo que cuento sea cierto.
-Claro que entiendo que ningún león y menos una Matsu pueda apreciar las sutilezas con las que nosotros mismos nos diferenciamos, por lo que... bueno, tendré que rezar con especial vehemencia a los ancestros de mi abuelo Daidoji ese día. Puede que hasta me anime a recogerme el cabello -siseo resoplando hacia arriba. Como muchos duelistas de mi familia, lo llevo descaradamente largo y suelto pese a que lo lavo varias veces al día. Desde luego es algo que la mayoría de los demás bushis no hacen, ni lavarlo tanto ni llevarlo sin recoger, se supone que porque les estorba durante el combate. ¿Pero donde queda el estilo de conseguir que todo ese pelo se mueva perfecta y glamurosamente acompasado durante la acción? Tsk.
Después me quedo callado, escuchando atento lo que Nozomi propone. Asintiendo de vez en cuando y rascándome la barbilla, memorizando los detalles y sobre todo tratando de visualizar las cosas tal como hace ella, que es obvio que me lleva mucha ventaja en cuestiones del León.
-Entiendo. Todo tiene lógica. Hum, si. Apelar a su orgullo antes de nada, eso tiene que funcionar -murmuro cruzándome de brazos -¿Y regalo? ¿Debería llevarle un regalo? Mi instinto me dice que si, que es lo que dicta el protocolo pero ya sabes, a lo mejor es demasiado Doji y demasiado poco Daidoji, y hace que parezca todo demasiado pomposo y formal y que la Matsu se ponga a la defensiva desde el comienzo.
Lo que si me queda claro es que, dada la ocasión, sería más apropiado una botella del mejor sake Cangrejo antes que unas bonitas flores -puntualizo al final riéndome, para que vea que voy aprendiendo poco a poco a dejar salir más de mi yo Daidoji.
-Hablando de eso -digo por lo de "hana" -No se me puede olvidar que necesito buscar a la dama Hanashirusato-sama para rendirle la debida pleitesía antes de verme con la Ama.
Seguro que conociendo al Seppun adecuado aquí arriba podría informarnos discretamente de su paradero en este mismo instante. Bueno, lo que se es que yo no conozco a ése, pero si a ti, y apuesto a que tú si posees los contactos necesarios para encontrar o esquivar a cualquiera... ¿verdad? -le pido graciosamente con un gesto de buen chico, recordando la familiaridad con la que ha saludado al guardia de la puerta exterior.
-Ahora hablas como una Daidoji, ju. Ningún maestro de protocolo Kakita o Doji que conozca se rebajaría a considerar que exista otra opción alternativa a usar su propia etiqueta; para ellos todo lo que queda fuera de eso es prácticamente la barbarie. Somos la luz de la civilización y son los demás quienes deben adaptarse a nuestros usos, no al revés, y bla, bla bla.
Te dirían algo así como... ¿entonces puedes comer con las manos y haciendo ruido porque es el protocolo Cangrejo? ¿O mentir porque es el Escorpión?
Pero sabes qué, creo que tienes razón. Esto es Otosan Uchi, llega un momento en el que incluso los cortesanos Doji tienen que sacarse la vara del trasero y demostrar un poco de flexibilidad para conseguir imponerse entre tanta heterodoxia como hay en esta ciudad.
Así que cuanto más nosotros... -reflexiono pensativo. Si, es la Grulla quien dicta las normas de etiqueta, pero hay Clanes a los que eso les importa más y otros menos, y precisamente tendríamos que saber sacar ventaja de ello y tratar con todos aunque en el fondo sigamos pensando que huelen bastante peor que nosotros mismos, ju.
-No se cómo tomarme eso. La mayoría de mis compañeros de dojo me decían que mi forma de ser ya les parecía "terriblemente" Daidoji. De hecho, a menudo usaban justo esa palabra, terrible -bromeo con una carcajada, aunque lo que cuento sea cierto.
-Claro que entiendo que ningún león y menos una Matsu pueda apreciar las sutilezas con las que nosotros mismos nos diferenciamos, por lo que... bueno, tendré que rezar con especial vehemencia a los ancestros de mi abuelo Daidoji ese día. Puede que hasta me anime a recogerme el cabello -siseo resoplando hacia arriba. Como muchos duelistas de mi familia, lo llevo descaradamente largo y suelto pese a que lo lavo varias veces al día. Desde luego es algo que la mayoría de los demás bushis no hacen, ni lavarlo tanto ni llevarlo sin recoger, se supone que porque les estorba durante el combate. ¿Pero donde queda el estilo de conseguir que todo ese pelo se mueva perfecta y glamurosamente acompasado durante la acción? Tsk.
Después me quedo callado, escuchando atento lo que Nozomi propone. Asintiendo de vez en cuando y rascándome la barbilla, memorizando los detalles y sobre todo tratando de visualizar las cosas tal como hace ella, que es obvio que me lleva mucha ventaja en cuestiones del León.
-Entiendo. Todo tiene lógica. Hum, si. Apelar a su orgullo antes de nada, eso tiene que funcionar -murmuro cruzándome de brazos -¿Y regalo? ¿Debería llevarle un regalo? Mi instinto me dice que si, que es lo que dicta el protocolo pero ya sabes, a lo mejor es demasiado Doji y demasiado poco Daidoji, y hace que parezca todo demasiado pomposo y formal y que la Matsu se ponga a la defensiva desde el comienzo.
Lo que si me queda claro es que, dada la ocasión, sería más apropiado una botella del mejor sake Cangrejo antes que unas bonitas flores -puntualizo al final riéndome, para que vea que voy aprendiendo poco a poco a dejar salir más de mi yo Daidoji.
-Hablando de eso -digo por lo de "hana" -No se me puede olvidar que necesito buscar a la dama Hanashirusato-sama para rendirle la debida pleitesía antes de verme con la Ama.
Seguro que conociendo al Seppun adecuado aquí arriba podría informarnos discretamente de su paradero en este mismo instante. Bueno, lo que se es que yo no conozco a ése, pero si a ti, y apuesto a que tú si posees los contactos necesarios para encontrar o esquivar a cualquiera... ¿verdad? -le pido graciosamente con un gesto de buen chico, recordando la familiaridad con la que ha saludado al guardia de la puerta exterior.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Son unos quejicas, ya ves." bromeó esta.
"Significa que si estás en tierras Cangrejo y te dedicas a tratar de comer como si fueras un cortesano Grulla tus compañeros no te van a respetar de la misma forma y quizás eso te cause una infinidad de problemas en la Muralla y bajo esta, así que si, creo que a veces incluso mejor comer con las manos jaja"
"Y te digo más, creo que es de un verdadero experto en protocolo el saber cómo amoldarlo.
Un cabeza cuadrada sólo lo sigue sin pensar en nada más, un verdadero experto es como el agua."
"Terrible" y "Daidoji" junto para mi suena a cumplido jaja cómo son las cosas." Sonrió esta divertida.
"Vístete para el cometido que vas a acometer. Cuando estás en la muralla a nadie se le ocurre llevar el pelo suelto ni siquiera en colas, siempre moños, recogidos bien, apretados, para no propiciar que ninguna garra pueda cogerte de ahí. En este asunto hay garras leones... tenlo en cuenta."
Nozomi se rió por lo del sake antes que las florecillas y asintió.
"Si llevas un regalo no puede ser demasiado preparado, entonces entrará demasiado en el conceptp Grulla. Puedes comprar un sake cangrejo y que sea bueno pero no te vayas a un gran reserva, ya te diré yo una tienda que hay cerca de la Embajada León con esa clase de cosas para que tengas la excusa de "pasaba por allí y pensé que era adecuado traer algo" mucho antes que se piense que lo tenías todo demasiado planeado, porque entonces le eirzarás el lomo al león.
Además quién puso la tienda era bien listo porque sabía perfectamente que es lo que muchos hacen, comprar cosas allí que tiene buena calidad como para que sean regalos para el León pero bordeando el hecho que a la familia Matsu, por ejemplo, le podría molestar si es todo demasiado protocolario a lo fino."
"¿A la dama Hana? Hum si."
Luego ella sonrió al verte decir aquello y te cogió del hombro mientras te decía:
"Menos mal que me tienes a mí, la amiga de todos los que uno no se espera juju"
Te hizo un gesto con la mano como si te dijera que sólo esperases y miraras y mientras andabais por dentro se dedicó a mirar a ver si veía a alguien por los jardines. El verde Seppun era perfecto para camuflarse entre la vegetación y su forma de tener su chi tan bajo que casi era inexistente.
"Ah mira, ahí está Kazuo."
Dijo señalandote a unos guardias que estaban paseando. Te hizo una seña para que la siguieras mientras te decía:
"Primera lección de la Ciudad Prohibida, igual que si eres listo como cortesano debes controlar a los criados las primeras personas con las que debes llevarte bien son con los Seppuns. Si lo haces tu vida mejorará mucho aquí sin que te des cuenta y si te llevas mal te pasará toda clase de cosas malas que no sabrás al inicio decir por qué, porque son expertos en camuflarlo con la normalidad. Pérdida de visados, regalos que no llegan... y un montón de pequeños inconvenientes que se irán acumulando hasta darte serios problemas."
Llegasteis hasta donde estaba la patrulla y los saludasteis.
"Buenos días Kazuo-san y compañeros. ¿Qué tal la guardia, tranquila? sonrió¿Te veré de nuevo pronto por la casa de go?
"Nozomi-san, otra mañana más llendo y viniendo ¿cierto? ella asintióOh, es cierto, aún me debéis esa partida, os aseguro que la próxima vez trataré que sea un día más afortunado."
"Bueno, jugamos por divertinos, ya sabe usted que yo no juego nunca por dinero con la guardia Seppun." se rio descarada haciendo que este sonriera.
"Aún así se lo debo."
"Puede si quiere devolverme el haberme abandonado estos días haciéndome un sencillo favor."
"¿En qué puedo ayudar?"
"Buscamos a la dama Hana. ¿Sabe dónde está?"
Kazuo asintió.
"Oh si, claro, la Dama Hana a esta hora de la mañana siempre suele estar en el salón de otoño del Palacio de los Otomos."
"Aún siendo primavera ya casi! que cosas..." dijo esta divertida.
"Oh, la Dama Hana sabe que la luz del sol incide de manera especialmente bonita a esta hora de la mañana en una de las pagodas rosadas cercanas y da una luz especial."
"No da puntada sin hilo ¿verdad?"
Kazuo negó con la cabeza.
"Pues muchas gracias, no les molestamos más."
Os despedisteis y fuisteis hacia la dirección que Nozomi sabía mientras te decía:
"Si te quedas en esta ciudad hay varios lugares a los que debes ser listo y debes acudir, como por ejemplo a una casa de go que hay en el Distrito Jumarashi llevada por una Kasuga donde los Seppuns suelen ir bastante a beber tranquilos y a jugar. Ahí podrás hacerte con amistades de la guardia de manera natural y que siempre te puedan ayudar para cosas así o mayores."
"Significa que si estás en tierras Cangrejo y te dedicas a tratar de comer como si fueras un cortesano Grulla tus compañeros no te van a respetar de la misma forma y quizás eso te cause una infinidad de problemas en la Muralla y bajo esta, así que si, creo que a veces incluso mejor comer con las manos jaja"
"Y te digo más, creo que es de un verdadero experto en protocolo el saber cómo amoldarlo.
Un cabeza cuadrada sólo lo sigue sin pensar en nada más, un verdadero experto es como el agua."
"Terrible" y "Daidoji" junto para mi suena a cumplido jaja cómo son las cosas." Sonrió esta divertida.
"Vístete para el cometido que vas a acometer. Cuando estás en la muralla a nadie se le ocurre llevar el pelo suelto ni siquiera en colas, siempre moños, recogidos bien, apretados, para no propiciar que ninguna garra pueda cogerte de ahí. En este asunto hay garras leones... tenlo en cuenta."
Nozomi se rió por lo del sake antes que las florecillas y asintió.
"Si llevas un regalo no puede ser demasiado preparado, entonces entrará demasiado en el conceptp Grulla. Puedes comprar un sake cangrejo y que sea bueno pero no te vayas a un gran reserva, ya te diré yo una tienda que hay cerca de la Embajada León con esa clase de cosas para que tengas la excusa de "pasaba por allí y pensé que era adecuado traer algo" mucho antes que se piense que lo tenías todo demasiado planeado, porque entonces le eirzarás el lomo al león.
Además quién puso la tienda era bien listo porque sabía perfectamente que es lo que muchos hacen, comprar cosas allí que tiene buena calidad como para que sean regalos para el León pero bordeando el hecho que a la familia Matsu, por ejemplo, le podría molestar si es todo demasiado protocolario a lo fino."
"¿A la dama Hana? Hum si."
Luego ella sonrió al verte decir aquello y te cogió del hombro mientras te decía:
"Menos mal que me tienes a mí, la amiga de todos los que uno no se espera juju"
Te hizo un gesto con la mano como si te dijera que sólo esperases y miraras y mientras andabais por dentro se dedicó a mirar a ver si veía a alguien por los jardines. El verde Seppun era perfecto para camuflarse entre la vegetación y su forma de tener su chi tan bajo que casi era inexistente.
"Ah mira, ahí está Kazuo."
Dijo señalandote a unos guardias que estaban paseando. Te hizo una seña para que la siguieras mientras te decía:
"Primera lección de la Ciudad Prohibida, igual que si eres listo como cortesano debes controlar a los criados las primeras personas con las que debes llevarte bien son con los Seppuns. Si lo haces tu vida mejorará mucho aquí sin que te des cuenta y si te llevas mal te pasará toda clase de cosas malas que no sabrás al inicio decir por qué, porque son expertos en camuflarlo con la normalidad. Pérdida de visados, regalos que no llegan... y un montón de pequeños inconvenientes que se irán acumulando hasta darte serios problemas."
Llegasteis hasta donde estaba la patrulla y los saludasteis.
"Buenos días Kazuo-san y compañeros. ¿Qué tal la guardia, tranquila? sonrió¿Te veré de nuevo pronto por la casa de go?
"Nozomi-san, otra mañana más llendo y viniendo ¿cierto? ella asintióOh, es cierto, aún me debéis esa partida, os aseguro que la próxima vez trataré que sea un día más afortunado."
"Bueno, jugamos por divertinos, ya sabe usted que yo no juego nunca por dinero con la guardia Seppun." se rio descarada haciendo que este sonriera.
"Aún así se lo debo."
"Puede si quiere devolverme el haberme abandonado estos días haciéndome un sencillo favor."
"¿En qué puedo ayudar?"
"Buscamos a la dama Hana. ¿Sabe dónde está?"
Kazuo asintió.
"Oh si, claro, la Dama Hana a esta hora de la mañana siempre suele estar en el salón de otoño del Palacio de los Otomos."
"Aún siendo primavera ya casi! que cosas..." dijo esta divertida.
"Oh, la Dama Hana sabe que la luz del sol incide de manera especialmente bonita a esta hora de la mañana en una de las pagodas rosadas cercanas y da una luz especial."
"No da puntada sin hilo ¿verdad?"
Kazuo negó con la cabeza.
"Pues muchas gracias, no les molestamos más."
Os despedisteis y fuisteis hacia la dirección que Nozomi sabía mientras te decía:
"Si te quedas en esta ciudad hay varios lugares a los que debes ser listo y debes acudir, como por ejemplo a una casa de go que hay en el Distrito Jumarashi llevada por una Kasuga donde los Seppuns suelen ir bastante a beber tranquilos y a jugar. Ahí podrás hacerte con amistades de la guardia de manera natural y que siempre te puedan ayudar para cosas así o mayores."
"Nací con el mar
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y profundidad."
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Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-¿Pero y lo estético que resultaría un grulla en mitad de una campaña Cangrejo, cubierto de lodo y vísceras de engendros pero aún así limpiándose las comisuras de la boca con una servilleta perfectamente doblada tras comer?
Sería todo lo que se espera de vosotros los Daidoji; fuera de lugar, pero en cualquier caso eficaces -le propongo, entre la imaginación plausible y la socarronería.
-Aunque que te fueran a mirar raro es seguro, eso si -añado suspirando. Lástima que los demás clanes no aprecien la estética en su justa medida.
-Cierto, y eso es algo que a nuestras otras familias grulla les irrita mucho de los Daidoji. Intentan ofenderos con su mejor gusto, y vosotros os lo tomáis como cumplidos.
Lo reconozco, yo también les fastidiaba así -confieso riéndome, haciendo ver que en el fondo respondía de manera similar a lo que ha dicho Nozomi.
Luego suspiro tras un chasqueo de mi lengua, cuando comenta eso del cabello -Cielos. Ya sólo te falta decirme que no puedo usar sales perfumadas de baño cuando vaya a verla -siseo, como si fuera el último reducto de civilización al que podría imaginarme renunciar.
-Bueno, hum... un regalo aparentemente improvisado. Suena bastante aceptable.
Aunque si me decido por una botella de buen sake, debo recordar que no sea demasiado grande, no sea que se le ocurra "retarme" a beber con ella; seguro que tiene mucho más aguante que yo -comento para mi mismo, cruzándome de brazos.
-Oh si, te agradeceré esa dirección. -añado sobre esa tiendecilla oportunista de la que me habla. Por lo que dice, no me sorprendería nada que fuera de un Yasuki, ju.
-Como ves, ya he terminado por darme cuenta de que la supuesta ovejita negra tiene más amigos en toda la pirámide social de la ciudad que los que soñarían con tener la mayoría de los cortesanos -replico sonriendo de medio lado. Quizás a la embajada no le gusta Nozomi, pero es evidente que no está nada falta del carisma natural de la grulla, lo que le ha permitido no sólo sobrevivir sino prevalecer.
-Hasta ahora no he hecho nada para ganarme ninguna enemistad entre ellos, que yo sepa. Incluso creo que he tenido un par de encuentros distendidos, charlas agradables -explico encogiéndome de hombros, sobre mis relaciones, escasas, hasta el momento con los Seppun. Al que convencí para que se abriera el vientre no puedo contarlo claro; no es que no le cayera bien, pero murió.
A quien si recuerdo era a una capitana... ¿cómo se llamaba...? ¿Seppun Hanako? Creo que si.
Mientras cavilo todo aquello, Nozomi hace su magia tras haberme dado espacio para saludar al guardia como dicta la etiqueta.
-Un placer saludarles mis señores -me limito a decir porque claro no se sus nombres.
Salón de Otoño, Palacio Otomo. Repito mentalmente para recordarlo cuando lo escucho.
-Ya veo. ¿Qué es más importante, que le pida a Yashiko-san que me enseñe a jugar al go, o aprender a resistir mejor que ellos el alcohol? -replico con una sonrisilla sobre en qué debería fijarme primero en esa casa de go de la que me habla, mientras camino siguiendo a la Daidoji de nuevo por el camino que ella conoce hacia esa pagoda.
Sería todo lo que se espera de vosotros los Daidoji; fuera de lugar, pero en cualquier caso eficaces -le propongo, entre la imaginación plausible y la socarronería.
-Aunque que te fueran a mirar raro es seguro, eso si -añado suspirando. Lástima que los demás clanes no aprecien la estética en su justa medida.
-Cierto, y eso es algo que a nuestras otras familias grulla les irrita mucho de los Daidoji. Intentan ofenderos con su mejor gusto, y vosotros os lo tomáis como cumplidos.
Lo reconozco, yo también les fastidiaba así -confieso riéndome, haciendo ver que en el fondo respondía de manera similar a lo que ha dicho Nozomi.
Luego suspiro tras un chasqueo de mi lengua, cuando comenta eso del cabello -Cielos. Ya sólo te falta decirme que no puedo usar sales perfumadas de baño cuando vaya a verla -siseo, como si fuera el último reducto de civilización al que podría imaginarme renunciar.
-Bueno, hum... un regalo aparentemente improvisado. Suena bastante aceptable.
Aunque si me decido por una botella de buen sake, debo recordar que no sea demasiado grande, no sea que se le ocurra "retarme" a beber con ella; seguro que tiene mucho más aguante que yo -comento para mi mismo, cruzándome de brazos.
-Oh si, te agradeceré esa dirección. -añado sobre esa tiendecilla oportunista de la que me habla. Por lo que dice, no me sorprendería nada que fuera de un Yasuki, ju.
-Como ves, ya he terminado por darme cuenta de que la supuesta ovejita negra tiene más amigos en toda la pirámide social de la ciudad que los que soñarían con tener la mayoría de los cortesanos -replico sonriendo de medio lado. Quizás a la embajada no le gusta Nozomi, pero es evidente que no está nada falta del carisma natural de la grulla, lo que le ha permitido no sólo sobrevivir sino prevalecer.
-Hasta ahora no he hecho nada para ganarme ninguna enemistad entre ellos, que yo sepa. Incluso creo que he tenido un par de encuentros distendidos, charlas agradables -explico encogiéndome de hombros, sobre mis relaciones, escasas, hasta el momento con los Seppun. Al que convencí para que se abriera el vientre no puedo contarlo claro; no es que no le cayera bien, pero murió.
A quien si recuerdo era a una capitana... ¿cómo se llamaba...? ¿Seppun Hanako? Creo que si.
Mientras cavilo todo aquello, Nozomi hace su magia tras haberme dado espacio para saludar al guardia como dicta la etiqueta.
-Un placer saludarles mis señores -me limito a decir porque claro no se sus nombres.
Salón de Otoño, Palacio Otomo. Repito mentalmente para recordarlo cuando lo escucho.
-Ya veo. ¿Qué es más importante, que le pida a Yashiko-san que me enseñe a jugar al go, o aprender a resistir mejor que ellos el alcohol? -replico con una sonrisilla sobre en qué debería fijarme primero en esa casa de go de la que me habla, mientras camino siguiendo a la Daidoji de nuevo por el camino que ella conoce hacia esa pagoda.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"No es tan exagerado pero te puedo decir que si que se nota la diferencia cuando estás allí. Pero te reconozco que tras un mes de llevar la rutina de los Cangrejos no te apetece ni levantarte media hora antes a peinarte jaja Que lo haces, pero... las guardias que llevan no son humanas, creeme."
Nozomi se rió ante lo que fastidiaba de los Daidoji y se encogió de hombros diciendo:
"Mi abuelo siempre me decía que ofende el que puede no el que quiere y para nosotros, los Daidoji, casi apenas nadie puede juju"
"Estás en la capital, eso te lo voy a permitir jaja bueno, te lo va a permitir ella." "Enhorabuena" no lo dijo pero se la oyó.
"Umeko-san no bebe apenas, así que no creo que te rete a beber para tu suerte porque no dudo que si lo hiciera tendría estómago de cangrejo. ¿Has visto sus musculos? estoy segura que emborrachar a esa mujer es una misión imposible."
"Jajajaja Bueno eso es porque una se dio cuenta de una cosa... y es que si no tenía amigos con otras ovejas podía hacerme amiga de las cabras, los cerdos y demás animales jajaja"
Te respondió divertida.
"Esa es una lección que tienes que aprender y que muchos no piensa, cuando no consiguen ser parte del grupo que quieren en vez de deprimirse deberían centrarse en hacerse amigos de los demás. Empezando por el enemigo de los que querías que fueran tus amigos."
"A resistir el alcohol te enseñaré yo con práctica, que te enseñe el go." sonrió mientras ibais hacia el Palacio Otomo que destacaba como una piedra negra de go entre los jardines por el color de su techo y el brillo de lo que lo rodeaba.
"El truco es alternar, té y alcohol, y que los dos vasos sean idénticos. Es la mejor forma de no caer KO al poco tiempo.
De todas formas los Seppuns beben de manera muy moderada porque aunque no estén de servicio en su mente siempre lo están. Para mi beber con ellos es muy agradable, porque suelen pedir poco pero de muy buena calidad, se habla de la del alcohol que se toma, de sus matices, de dónde viene cultivado... se aprende sobre el alcohol no sólo se bebe."
Te contó mientras llegabais al Palacio Otomo en donde las serpientes era tema principal y el negro y el dorado se entremezclaba. Nozomi te hizo una seña para que la siguieras por los jardines.
"Mejor pisar lo menos posible ese lugar, podemos acercarnos casualmente por fuera, por los jardines... ¿Sabes cómo quieres entrarle o vas a fingir ser una casualidad? "
Nozomi se rió ante lo que fastidiaba de los Daidoji y se encogió de hombros diciendo:
"Mi abuelo siempre me decía que ofende el que puede no el que quiere y para nosotros, los Daidoji, casi apenas nadie puede juju"
"Estás en la capital, eso te lo voy a permitir jaja bueno, te lo va a permitir ella." "Enhorabuena" no lo dijo pero se la oyó.
"Umeko-san no bebe apenas, así que no creo que te rete a beber para tu suerte porque no dudo que si lo hiciera tendría estómago de cangrejo. ¿Has visto sus musculos? estoy segura que emborrachar a esa mujer es una misión imposible."
"Jajajaja Bueno eso es porque una se dio cuenta de una cosa... y es que si no tenía amigos con otras ovejas podía hacerme amiga de las cabras, los cerdos y demás animales jajaja"
Te respondió divertida.
"Esa es una lección que tienes que aprender y que muchos no piensa, cuando no consiguen ser parte del grupo que quieren en vez de deprimirse deberían centrarse en hacerse amigos de los demás. Empezando por el enemigo de los que querías que fueran tus amigos."
"A resistir el alcohol te enseñaré yo con práctica, que te enseñe el go." sonrió mientras ibais hacia el Palacio Otomo que destacaba como una piedra negra de go entre los jardines por el color de su techo y el brillo de lo que lo rodeaba.
"El truco es alternar, té y alcohol, y que los dos vasos sean idénticos. Es la mejor forma de no caer KO al poco tiempo.
De todas formas los Seppuns beben de manera muy moderada porque aunque no estén de servicio en su mente siempre lo están. Para mi beber con ellos es muy agradable, porque suelen pedir poco pero de muy buena calidad, se habla de la del alcohol que se toma, de sus matices, de dónde viene cultivado... se aprende sobre el alcohol no sólo se bebe."
Te contó mientras llegabais al Palacio Otomo en donde las serpientes era tema principal y el negro y el dorado se entremezclaba. Nozomi te hizo una seña para que la siguieras por los jardines.
"Mejor pisar lo menos posible ese lugar, podemos acercarnos casualmente por fuera, por los jardines... ¿Sabes cómo quieres entrarle o vas a fingir ser una casualidad? "
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
Libertad del estío
y profundidad."
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Dejarse ofender es un síntoma de negligencia para nosotros los duelistas. Debemos mantenernos ajenos a toda provocación pues de otro modo podríamos comprometer nuestra posición o la de aquel a quien representamos. Además la ira es contraria a la filosofía calmada del iaijutsu, así que esa parte de la idiosincrasia Daidoji siempre la he llevado bien -respondo sobre lo de no dejarse ofender con facilidad.
-Responder con sentido del humor socarrón hace milagros. Puede que por eso nos "guste" tanto fastidiar a las Matsus, ellas se suelen dejar provocar con mucha más rapidez... Sin embargo Umeko no me pareció así. No digo que no tenga su genio, eso por descontado, es sólo que no parece de las que pierden el control, desde luego esa impresión me dio en el seminario de Notatsu-sensei.
Por los Dioses, al fin un poco de sentido común -mascullo renegando con un bufido tras haber aceptado la Daidoji el mínimo de permitirme oler a sales perfumadas con esencias de flores y especias.
-No es que me haya fijado demasiado en su anatomía. Tampoco es que hayamos coincidido en ninguno de los baños, lo recordaría -contesto encogiéndome de hombros, negando haber visto esos músculos de los que Nozomi habla.
-Aunque no se si la masa muscular es definitiva para aguantar más bebida. El peso en general si, eso seguro. Y la práctica también -añado pensativo.
-Espero no ser de los cerdos -replico con una risotada a duras penas contenida. Aún si hubiera dicho patos...
-Así que si no te acepta el grupo que pretendías... ¿debes acercarte a sus enemigos? No se si eso es muy Doji, o muy poco Doji -me digo a mi mismo, tratando de pensar como uno, con toda su filosofía de regalos y favores. Creo que ellas tratarían de hacerse amigos de todos, lo cual para cualquier otro parecería misión imposible, excepto para un auténtico Doji.
-Un buen truco, desde luego. Yo suelo usar el de hacerme con el control de la botella, por cortesía por supuesto, y asegurarme de rellenar con disimulo mi taza a mucho menor velocidad que la del resto.
Aunque esto es más efectivo cuando quieres ser el último hombre en pie, que cuando simplemente tratas de mantener la lucidez intacta, en este caso tu método parece sin duda más oportuno.
Eso seguro que no lo aprendiste con los Cangrejo. He visto a muchos de ellos beber más sake que yo agua en la mitad de tiempo, sin duda pocos sacrificarían la cantidad por la calidad, y eso que sus licores son de largo los mejores del Imperio.
Pero seguro que aquí en la capital conocéis variedades de sake mucho más exóticas de los confines más inesperados de Rokugan, ¿me equivoco? -pregunto curioso.
-De acuerdo, te sigo.
Oh, había pensado presentarme deliberadamente ante ella, reconociendo sin muchos dobleces que vengo a pedir su venia. Verás, mi padre solía decir que en el ejército estaba bien visto pedirle consejo a los oficiales veteranos, se necesitara o no, pues era una forma no de mostrar falsa humildad pero si del hecho que la experiencia era un grado que los situaba por encima. Eso solía hacer que luego fueran más indulgentes con los samurais que habían sido respetuosos, a la hora de tratarlos.
Mi idea con Hanashirusato-sama es algo similar. Me acercaré a ella con la excusa de saludarle y presentarle mis respetos, aprovecharé para comunicarle el asunto del retrato de la Ama antes de que sea oficial, e incluso le pediré si tiene la gracia de concederme algún consejo a la hora de tratar a la Gran Madre, tanto artística como personalmente.
Yo pienso que los individuos poderosos se sienten halagados cuando los que están por debajo les piden ayuda, siempre y cuando no parezca algo patético, pues es una muestra de respeto y reconocimiento de su superioridad. Confío en que se vea a si misma como mi protectora aquí, no sólo como casamentera, y que la necesito para mantenerme sano y salvo, pero siendo una pieza útil y lustrosa capaz de haber conseguido por ejemplo un encargo de la Ama por mi mismo.
Se que es apelar al paternalismo, pero... son Otomos después de todo, saben que todo aquí sucede sólo porque ellos lo permiten así que la actitud paternal ya les viene de familia.
¿Qué te parece? ¿Crees que funcionará con la dama?
-Responder con sentido del humor socarrón hace milagros. Puede que por eso nos "guste" tanto fastidiar a las Matsus, ellas se suelen dejar provocar con mucha más rapidez... Sin embargo Umeko no me pareció así. No digo que no tenga su genio, eso por descontado, es sólo que no parece de las que pierden el control, desde luego esa impresión me dio en el seminario de Notatsu-sensei.
Por los Dioses, al fin un poco de sentido común -mascullo renegando con un bufido tras haber aceptado la Daidoji el mínimo de permitirme oler a sales perfumadas con esencias de flores y especias.
-No es que me haya fijado demasiado en su anatomía. Tampoco es que hayamos coincidido en ninguno de los baños, lo recordaría -contesto encogiéndome de hombros, negando haber visto esos músculos de los que Nozomi habla.
-Aunque no se si la masa muscular es definitiva para aguantar más bebida. El peso en general si, eso seguro. Y la práctica también -añado pensativo.
-Espero no ser de los cerdos -replico con una risotada a duras penas contenida. Aún si hubiera dicho patos...
-Así que si no te acepta el grupo que pretendías... ¿debes acercarte a sus enemigos? No se si eso es muy Doji, o muy poco Doji -me digo a mi mismo, tratando de pensar como uno, con toda su filosofía de regalos y favores. Creo que ellas tratarían de hacerse amigos de todos, lo cual para cualquier otro parecería misión imposible, excepto para un auténtico Doji.
-Un buen truco, desde luego. Yo suelo usar el de hacerme con el control de la botella, por cortesía por supuesto, y asegurarme de rellenar con disimulo mi taza a mucho menor velocidad que la del resto.
Aunque esto es más efectivo cuando quieres ser el último hombre en pie, que cuando simplemente tratas de mantener la lucidez intacta, en este caso tu método parece sin duda más oportuno.
Eso seguro que no lo aprendiste con los Cangrejo. He visto a muchos de ellos beber más sake que yo agua en la mitad de tiempo, sin duda pocos sacrificarían la cantidad por la calidad, y eso que sus licores son de largo los mejores del Imperio.
Pero seguro que aquí en la capital conocéis variedades de sake mucho más exóticas de los confines más inesperados de Rokugan, ¿me equivoco? -pregunto curioso.
-De acuerdo, te sigo.
Oh, había pensado presentarme deliberadamente ante ella, reconociendo sin muchos dobleces que vengo a pedir su venia. Verás, mi padre solía decir que en el ejército estaba bien visto pedirle consejo a los oficiales veteranos, se necesitara o no, pues era una forma no de mostrar falsa humildad pero si del hecho que la experiencia era un grado que los situaba por encima. Eso solía hacer que luego fueran más indulgentes con los samurais que habían sido respetuosos, a la hora de tratarlos.
Mi idea con Hanashirusato-sama es algo similar. Me acercaré a ella con la excusa de saludarle y presentarle mis respetos, aprovecharé para comunicarle el asunto del retrato de la Ama antes de que sea oficial, e incluso le pediré si tiene la gracia de concederme algún consejo a la hora de tratar a la Gran Madre, tanto artística como personalmente.
Yo pienso que los individuos poderosos se sienten halagados cuando los que están por debajo les piden ayuda, siempre y cuando no parezca algo patético, pues es una muestra de respeto y reconocimiento de su superioridad. Confío en que se vea a si misma como mi protectora aquí, no sólo como casamentera, y que la necesito para mantenerme sano y salvo, pero siendo una pieza útil y lustrosa capaz de haber conseguido por ejemplo un encargo de la Ama por mi mismo.
Se que es apelar al paternalismo, pero... son Otomos después de todo, saben que todo aquí sucede sólo porque ellos lo permiten así que la actitud paternal ya les viene de familia.
¿Qué te parece? ¿Crees que funcionará con la dama?
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"
- Isawa_Hiromi
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Seguramente muchos tendrían algo que decir en eso que un bushi no se enfada con facilidad... pero lo cierto es que la Grulla oímos llover con mucha calma, todo sea dicho, si otros clanes, como el León, fueran bombardeados tan a menudo como nosotros ya me gustaría a mi ver cuántos de ellos quedaban con vida ju"
No érais uno de los clanes más criticados por nada.
"No, Umeko-san es conocida por su temple, mucha gente le tiene miedo justamente por eso.
Por aquello de "la ira del hombre calmado". Si alguien como ella muestra emociones fuertes entonces más te vale salir corriendo hasta territorio cangrejo y no parar hasta llegar juju"
"La masa muscular ayuda, creeme, al final el músculo es más pesado y necesita de más de todo para mantenerse. Práctica no creo que tenga mucho, ya te digo que Umeko-san practica la abstinencia en muchos sentidos como forma de autocontrol."
"Es muy de Daidoji acercarse a posibles nuevas fuentes de opciones, sean enemigos o no. Además para sobrevivir uno debe de hacer lo que debe de hacer."
Ya fuera envenenando pozos o usando tácticas cangrejos en la guerra.
"Ah jaja esa es buena!! También puedes usar el truco que sea el que antes se emborracha el que tenga la botella primero. Beberá rápido y mal y luego ya no habrá la misma presión de bebida, pero para eso necesitas un buen saque inicial."
Se rió.
"Oh no, eso no lo aprendí de los Cangrejos, lo aprendí de otro Daidoji, de un taikomomo geisha uno de los más famosos de la ciudad, Watatsumi-san.
En esta ciudad ya sabéis que hay artistas que son geishas o taikomomos hecho en profesión no de la misma forma que un hinin, por supuesto, sino en su vertiente de arte en movimiento y por supuesto la enorme mayoría que podían entender ese camino eran Grullas o Escorpiones Su complexión física es sin duda más parecica a la de una dama Doji que a un Daidoji, es extremedamente hermoso y delicado, así que si alguien como él era capaz de aguantar las largas reuniones con los clientes tenía algo que enseñarme. Una vez que coincidimos en una fiesta, en el círculo interno de amigos del Gobernador de uno de los Distritos Interiores, Shiba Karasu-sama, me senté a uno de sus lados y le estuve observando y a final de la noche hablamos sobre ello."
Nozomi se quedó pensativa ante tu pregunta y asintio.
"Si lo vas a hacer así, directo, si. Lo que no funciona son las mentiras a medias. Es mejor ir con humildad y aprovecharte de su ego.
Lo del fingimiento del encuentro sólo era en este no en lo que ibas a hablar, pero, me parece una buena idea.
Mira, te acompañaré hasta que la veamos y nos despediremos a su vista, dejando claro que la has visto y que separamos nuestro camino. Es más natural."
Te comentó mientras hacíais eso.
La sala de té donde estaba la dama Hana tenía unos tonos dorados y anaranjados muy hermosos que se podían ver en las fusumas desde el patio inclusive. La decoración y todo lo que rodeaba al castillo de los Otomos era sublime en cuanto a calidad y arte, un lugar para que un Grulla pudiera perder las horas observando cada pequeño detalle que había sido cuidado y agrandado con el paso de los siglos en la Ciudad Prohibida.
La Dama Hana bebía té y parecía leer uno de los periodicos locales matutinos distraidamente alternando su visión con la del patio, las flores y los pájaros cuando vuestras miradas se toparon y te separaste de Nozomi.
Ella ladeó la cabeza al verte aparecer y sonrió de medio lado mientras te dejaba acercarte.
"No podré decir que es el lugar más extraño en el que nos podríamos topar pero si que me siento ciertamente sorprendida."
Más que nada porque una cosa era encontrarte en la Ciudad Prohibida y otra en la zona del Palacio Otomo que quien era listo evitaba como lo que era, un nido de serpientes.
"Ya parecéis un otosanita de alto nivel con todas las de la ley Kakita Koji-san."
Te hizo una señal para que te sentases con ella.
"¿Puedo ofreceros té o algo?"
No érais uno de los clanes más criticados por nada.
"No, Umeko-san es conocida por su temple, mucha gente le tiene miedo justamente por eso.
Por aquello de "la ira del hombre calmado". Si alguien como ella muestra emociones fuertes entonces más te vale salir corriendo hasta territorio cangrejo y no parar hasta llegar juju"
"La masa muscular ayuda, creeme, al final el músculo es más pesado y necesita de más de todo para mantenerse. Práctica no creo que tenga mucho, ya te digo que Umeko-san practica la abstinencia en muchos sentidos como forma de autocontrol."
"Es muy de Daidoji acercarse a posibles nuevas fuentes de opciones, sean enemigos o no. Además para sobrevivir uno debe de hacer lo que debe de hacer."
Ya fuera envenenando pozos o usando tácticas cangrejos en la guerra.
"Ah jaja esa es buena!! También puedes usar el truco que sea el que antes se emborracha el que tenga la botella primero. Beberá rápido y mal y luego ya no habrá la misma presión de bebida, pero para eso necesitas un buen saque inicial."
Se rió.
"Oh no, eso no lo aprendí de los Cangrejos, lo aprendí de otro Daidoji, de un taikomomo geisha uno de los más famosos de la ciudad, Watatsumi-san.
En esta ciudad ya sabéis que hay artistas que son geishas o taikomomos hecho en profesión no de la misma forma que un hinin, por supuesto, sino en su vertiente de arte en movimiento y por supuesto la enorme mayoría que podían entender ese camino eran Grullas o Escorpiones Su complexión física es sin duda más parecica a la de una dama Doji que a un Daidoji, es extremedamente hermoso y delicado, así que si alguien como él era capaz de aguantar las largas reuniones con los clientes tenía algo que enseñarme. Una vez que coincidimos en una fiesta, en el círculo interno de amigos del Gobernador de uno de los Distritos Interiores, Shiba Karasu-sama, me senté a uno de sus lados y le estuve observando y a final de la noche hablamos sobre ello."
Nozomi se quedó pensativa ante tu pregunta y asintio.
"Si lo vas a hacer así, directo, si. Lo que no funciona son las mentiras a medias. Es mejor ir con humildad y aprovecharte de su ego.
Lo del fingimiento del encuentro sólo era en este no en lo que ibas a hablar, pero, me parece una buena idea.
Mira, te acompañaré hasta que la veamos y nos despediremos a su vista, dejando claro que la has visto y que separamos nuestro camino. Es más natural."
Te comentó mientras hacíais eso.
La sala de té donde estaba la dama Hana tenía unos tonos dorados y anaranjados muy hermosos que se podían ver en las fusumas desde el patio inclusive. La decoración y todo lo que rodeaba al castillo de los Otomos era sublime en cuanto a calidad y arte, un lugar para que un Grulla pudiera perder las horas observando cada pequeño detalle que había sido cuidado y agrandado con el paso de los siglos en la Ciudad Prohibida.
La Dama Hana bebía té y parecía leer uno de los periodicos locales matutinos distraidamente alternando su visión con la del patio, las flores y los pájaros cuando vuestras miradas se toparon y te separaste de Nozomi.
Ella ladeó la cabeza al verte aparecer y sonrió de medio lado mientras te dejaba acercarte.
"No podré decir que es el lugar más extraño en el que nos podríamos topar pero si que me siento ciertamente sorprendida."
Más que nada porque una cosa era encontrarte en la Ciudad Prohibida y otra en la zona del Palacio Otomo que quien era listo evitaba como lo que era, un nido de serpientes.
"Ya parecéis un otosanita de alto nivel con todas las de la ley Kakita Koji-san."
Te hizo una señal para que te sentases con ella.
"¿Puedo ofreceros té o algo?"
"Nací con el mar
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y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Cierto, a los grullas en general se nos da muy bien, pero yo me refería de forma más concreta a los duelistas. A menudo el duelo es un enfrentamiento de voluntades por ser el último en mostrar tus cartas y a la vez el primero en desenvainar, así que un kendoka que se dejase provocar tendería a actuar antes de tiempo y desperdiciaría su potencial -explico encogiéndome de hombros. La frialdad para evitar cualquier precipitación forma parte de los conceptos básicos del iaijutsu, y eso es bastante útil en la vida real, al menos en la corte.
-Emociones fuertes malas, me imagino. Porque también tendrá de las buenas, ¿o acaso no hay nada que le entusiasme? -curioseo un poco más sobre lo que Nozomi sabe de la Matsu.
-Parece que estés describiendo a un monje. Aunque imagino que debe ser complicado saber que eres permanentemente el ejemplo a seguir para tu familia.
Ya. Por eso sólo los Daidoji pueden volver de una pieza de las tierras baldías del Cangrejo. -suspiro al hilo de eso que ellos hacen lo necesario para sobrevivir, cuando muchos otros bushis están demasiado dispuestos a morir en busca del honor y de la gloria.
-Un taikomomo... Se que existen claro, pero nunca he conocido a ninguno -respondo tras pensarlo unos segundos. Seguramente en la Academia Kakita hubiera alguna escuela de eso, pero el complejo era enorme y ésa probablemente sea una de las opciones más minoritarias del arte.
-Tranquila, se que no se me da nada bien mentir así que nunca lo haría ante alguien que me pillaría a las primeras de cambio, ju. El ego de los demás si, ése es otro cantar y mucho más sencillo de manejar para mi ya que a fin de cuentas soy un recién llegado como quien dice, un bushi además; no represento una amenaza para casi nadie aquí y puedo jugar la carta de la humildad.
Vale. A ver cómo me las arreglo para salir vivo de aquí luego -bromeo sobre lo de quedarme solo en medio del jardín de las serpientes. Al menos mientras esté con Hanashirusato estaré a salvo, más o menos.
Alguna vez había leído que los arquitectos Hiruma y los Kakita habían competido durante siglos para ver qué rama de las dos era capaz de levantar los edificios, palacios y jardines más majestuosos por toda la Ciudad Prohibida. En ocasiones ambos estilos se superponían y mezclaban creando algo nuevo e inesperado, ya que una construcción Cangrejo era redecorada con arte Grulla muchos años más tarde, o se ampliaba con la moda del momento.
Eso generaba obras únicas sin duda, pienso observando aquel lugar, tratando de intuir por los detalles si éste es uno de esos casos.
Para bien o para mal no tengo demasiado tiempo para entretenerme, pues una vez bajo la atenta mirada de la dama Otomo, la cortesía obliga a que ella sea el único objeto de mi interés. Y más me vale.
Me despido de Nozomi y espero con paciencia a que la dama me vea y me de su permiso para acercarme. Cuando lo hago camino despacio, mezclando el aire marcial con la etiqueta grulla, muy al estilo de los Kakita.
Al llegar frente a ella me inclino con toda la pompa, recordando una de las reverencias que practicábamos como si de una kata más se tratara, hasta que surgiera perfecta.
-En tal caso, confío en haberos sorprendido para bien, mi señora Otomo Hanashirusato-sama. -contesto sonriéndole con elegancia, tras erguirme de nuevo -Es un honor veros de nuevo esta hermosa mañana.
Oh, viniendo de vos me lo tomaré como un enorme cumplido, si me lo permitís -le agradezco lo de considerarme un otosanita de cierto nivel, aunque ella y yo sabemos que la mayoría de estos me habrían recomendado encarecidamente no venir a este lugar, al hacerlo estoy demostrando mi interés por la dama, mezclado con cierta ingenuidad espero que con un toque de encanto al menos.
Le agradezco la invitación para sentarme con ella con una nueva reverencia, la etiqueta puede ser muy cruel con las lumbares, pero así es el juego. Coloco la espada con el filo hacia mi y y la empuñadura franca para mi interlocutora, como mandan los cánones, mientras me siento con aparente intrascendencia del gesto pero asegurándome en realidad de que incluso la ropa se pliegue como Doji manda.
-Compartir el té con vos será todo un honor, sama.
Sin duda este escenario es tan espectacularmente hermoso como se cuenta. Mientras caminaba he tratado de deducir si esta parte del palacio responde a algún estilo ortodoxamente conservado o se trata más bien de uno de esos eclécticos resultados de mezclas en el tiempo. Debo reconocer que no he sido capaz de concluir algo en claro, más allá del hecho de que debería haberle dedicado más tiempo de estudio a la historia de la arquitectura.
Pero claro... entre la espada y el tiempo que dedicaba a la pintura, siempre tengo la impresión de que me dejé demasiados temas interesantes en el tintero en las bibliotecas de Kyuden Kakita -comento distraídamente, jugando mis cartas en la conversación poco a poco.
-Pese a lo cual, no puedo dejar de preguntarme si entre toda esta belleza... ¿es aún... demasiado temprano, para una pequeña confidencia, mi señora? -le pregunto con una sonrisa comedida, mostrando educación y control de la etiqueta pero también cierta ansiedad por sacar un tema que desde luego me produce emoción, el "típico" defecto por exceso de celo de los bushis en la corte, lo que dejo entrever de forma más o menos deliberada para conseguir mover a la dama Otomo a la condescendencia simpática de quien sabe que alguien ante ella aún necesita de su protección, por muy otosanita que pueda llegar a parecer por momentos.
-Emociones fuertes malas, me imagino. Porque también tendrá de las buenas, ¿o acaso no hay nada que le entusiasme? -curioseo un poco más sobre lo que Nozomi sabe de la Matsu.
-Parece que estés describiendo a un monje. Aunque imagino que debe ser complicado saber que eres permanentemente el ejemplo a seguir para tu familia.
Ya. Por eso sólo los Daidoji pueden volver de una pieza de las tierras baldías del Cangrejo. -suspiro al hilo de eso que ellos hacen lo necesario para sobrevivir, cuando muchos otros bushis están demasiado dispuestos a morir en busca del honor y de la gloria.
-Un taikomomo... Se que existen claro, pero nunca he conocido a ninguno -respondo tras pensarlo unos segundos. Seguramente en la Academia Kakita hubiera alguna escuela de eso, pero el complejo era enorme y ésa probablemente sea una de las opciones más minoritarias del arte.
-Tranquila, se que no se me da nada bien mentir así que nunca lo haría ante alguien que me pillaría a las primeras de cambio, ju. El ego de los demás si, ése es otro cantar y mucho más sencillo de manejar para mi ya que a fin de cuentas soy un recién llegado como quien dice, un bushi además; no represento una amenaza para casi nadie aquí y puedo jugar la carta de la humildad.
Vale. A ver cómo me las arreglo para salir vivo de aquí luego -bromeo sobre lo de quedarme solo en medio del jardín de las serpientes. Al menos mientras esté con Hanashirusato estaré a salvo, más o menos.
Alguna vez había leído que los arquitectos Hiruma y los Kakita habían competido durante siglos para ver qué rama de las dos era capaz de levantar los edificios, palacios y jardines más majestuosos por toda la Ciudad Prohibida. En ocasiones ambos estilos se superponían y mezclaban creando algo nuevo e inesperado, ya que una construcción Cangrejo era redecorada con arte Grulla muchos años más tarde, o se ampliaba con la moda del momento.
Eso generaba obras únicas sin duda, pienso observando aquel lugar, tratando de intuir por los detalles si éste es uno de esos casos.
Para bien o para mal no tengo demasiado tiempo para entretenerme, pues una vez bajo la atenta mirada de la dama Otomo, la cortesía obliga a que ella sea el único objeto de mi interés. Y más me vale.
Me despido de Nozomi y espero con paciencia a que la dama me vea y me de su permiso para acercarme. Cuando lo hago camino despacio, mezclando el aire marcial con la etiqueta grulla, muy al estilo de los Kakita.
Al llegar frente a ella me inclino con toda la pompa, recordando una de las reverencias que practicábamos como si de una kata más se tratara, hasta que surgiera perfecta.
-En tal caso, confío en haberos sorprendido para bien, mi señora Otomo Hanashirusato-sama. -contesto sonriéndole con elegancia, tras erguirme de nuevo -Es un honor veros de nuevo esta hermosa mañana.
Oh, viniendo de vos me lo tomaré como un enorme cumplido, si me lo permitís -le agradezco lo de considerarme un otosanita de cierto nivel, aunque ella y yo sabemos que la mayoría de estos me habrían recomendado encarecidamente no venir a este lugar, al hacerlo estoy demostrando mi interés por la dama, mezclado con cierta ingenuidad espero que con un toque de encanto al menos.
Le agradezco la invitación para sentarme con ella con una nueva reverencia, la etiqueta puede ser muy cruel con las lumbares, pero así es el juego. Coloco la espada con el filo hacia mi y y la empuñadura franca para mi interlocutora, como mandan los cánones, mientras me siento con aparente intrascendencia del gesto pero asegurándome en realidad de que incluso la ropa se pliegue como Doji manda.
-Compartir el té con vos será todo un honor, sama.
Sin duda este escenario es tan espectacularmente hermoso como se cuenta. Mientras caminaba he tratado de deducir si esta parte del palacio responde a algún estilo ortodoxamente conservado o se trata más bien de uno de esos eclécticos resultados de mezclas en el tiempo. Debo reconocer que no he sido capaz de concluir algo en claro, más allá del hecho de que debería haberle dedicado más tiempo de estudio a la historia de la arquitectura.
Pero claro... entre la espada y el tiempo que dedicaba a la pintura, siempre tengo la impresión de que me dejé demasiados temas interesantes en el tintero en las bibliotecas de Kyuden Kakita -comento distraídamente, jugando mis cartas en la conversación poco a poco.
-Pese a lo cual, no puedo dejar de preguntarme si entre toda esta belleza... ¿es aún... demasiado temprano, para una pequeña confidencia, mi señora? -le pregunto con una sonrisa comedida, mostrando educación y control de la etiqueta pero también cierta ansiedad por sacar un tema que desde luego me produce emoción, el "típico" defecto por exceso de celo de los bushis en la corte, lo que dejo entrever de forma más o menos deliberada para conseguir mover a la dama Otomo a la condescendencia simpática de quien sabe que alguien ante ella aún necesita de su protección, por muy otosanita que pueda llegar a parecer por momentos.
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Un Doji te podría decir que el iai es tan sólo otra forma de arte refinada de las costumbres de la dama Doji y de su forma adecuada de comportarse.
Pero bueno, ya sabemos que empieza y termina todo en Ella."
Sonrió la Daidoji.
"Es una mujer increíblemente taimada, pero no porque lo sea de carácter sino por su contención, creo que hasta los monjes tienen menos disciplina que ella...
Pero si, hay cosas que le gusta y aún así no he solido verla muy alterada, es decir, si emocionada, pero una vez mñas controlada. El sumai es una de ellas. Lo cierto es que en esta ciudad por supuesto puedes ver la liga imperial y están los mejores luchadores."
Meditó en voz alta.
"Es una cuestión de perspectiva, un Daidoji vivo vale más que muerto, es matemática pura."
Bromeó porque había muchos samurais que pensaban que muertos y honorables contaban más, pero los Daidoji, siendo una familia no muy extensa debiendo de proteger el enorme territorio grulla no podía permitirselo.
"Ah si, uno encantador. Watatsumi-san lleva siendo más de cinco años el preferido de la ciudad, quien tiene los mejores clientes, la lista de espera más alta y por supuesto la potestad para rechazar a quien quiere. Dice que al gobernador de Karada le estuvo haciendo esperar meses antes de sentarse con él. Aunque bueno, ahora parece ser que es su mayor cliente. El Fénix ha sabido hacer lo que mejor se le da hacer, pacificar hasta un ego semejante."
"Eso es lo que me gusta de ti, tu sentido común de Daidoji sonriósigue con esa mentalidad y te irá bien."
La Ciudad Prohibida había sufrido como toda la ciudad las inclemencias de los sismos pero sus construcciones eran más perdurables porque la tecnología de la que hacían galas era una mezcla de humana y divina, y allí entre esos edificios te diste cuenta que la forma de construir debía de ser Cangrejo aunque luego al levantar los edificios y de ornamentarlos la estética Grulla primase.
La Dama Hana te saludó complacida por la pompa, beato y sobretodo la elegancia de la Grulla, con una pequeña sonrisa mientras te estudiaba de buena mañana.
La dama de la Emperatriz que servía el té en realidad tenía un ojo puesto en cada detalle que hacías, en cada gesto y cada movimiento, te recordaba sin lugar a dudas a la presencia de tu madre o abuela que sin mirar te estaban mirando y con el dedo te podían señalar cada mal movimiento. Dabas gracias a los kamis a tener una presencia cortesana tan fuerte en tu pasado para estar reproduciendo los movimientos a la perfección hasta que quedaban satisfechas.
"La Ciudad Prohibida sin lugar a dudas es un deleite para los sentidos, no sólo en su arquitectura sino en sus jardines. Muchos son los maestros que han pasado por estos lugares, pero no sólo maestros ingenieros o botánicos, sino shugenjas o artesanos del ikebana justo como trabaja Shosuro Hatsuyo-san, con ayuda de la magia.
Debería venir algún día a que le expliquen los pormenores de cada detalle, hay expertos en esta ciudad sin duda, en especial Seppun Hanako-san, la cual posee la cualidad de tener en su memoria toda clase de detalles por níminos que sean hasta de qué se cultivaba antes en un lugar que en otro de flores y por qué se cambio."
Aquello dicho con elegancia parecía un enorme cumplido o una burla, por supuesto.
Hana bebía cuando le hiciste aquella pregunta que hizo que una de sus pequeñas y perfiladas cejas se levantaran y pusiera esa mueca que justamente buscabas como si dijera "nunca es tarde ni temprano para algo así" a la vez que había una presencia de pensar en que esa clase de comportamientos audaces sin lugar a dudas era tan de bushi... pero agradada porque ya que iba a ser algo así lo fuera de un apuesto grulla.
"Creo que la dama Amaterasu está lo suficiente alto como para que hasta ella pudiera disfrutar de una confidencia así."
Pero bueno, ya sabemos que empieza y termina todo en Ella."
Sonrió la Daidoji.
"Es una mujer increíblemente taimada, pero no porque lo sea de carácter sino por su contención, creo que hasta los monjes tienen menos disciplina que ella...
Pero si, hay cosas que le gusta y aún así no he solido verla muy alterada, es decir, si emocionada, pero una vez mñas controlada. El sumai es una de ellas. Lo cierto es que en esta ciudad por supuesto puedes ver la liga imperial y están los mejores luchadores."
Meditó en voz alta.
"Es una cuestión de perspectiva, un Daidoji vivo vale más que muerto, es matemática pura."
Bromeó porque había muchos samurais que pensaban que muertos y honorables contaban más, pero los Daidoji, siendo una familia no muy extensa debiendo de proteger el enorme territorio grulla no podía permitirselo.
"Ah si, uno encantador. Watatsumi-san lleva siendo más de cinco años el preferido de la ciudad, quien tiene los mejores clientes, la lista de espera más alta y por supuesto la potestad para rechazar a quien quiere. Dice que al gobernador de Karada le estuvo haciendo esperar meses antes de sentarse con él. Aunque bueno, ahora parece ser que es su mayor cliente. El Fénix ha sabido hacer lo que mejor se le da hacer, pacificar hasta un ego semejante."
"Eso es lo que me gusta de ti, tu sentido común de Daidoji sonriósigue con esa mentalidad y te irá bien."
La Ciudad Prohibida había sufrido como toda la ciudad las inclemencias de los sismos pero sus construcciones eran más perdurables porque la tecnología de la que hacían galas era una mezcla de humana y divina, y allí entre esos edificios te diste cuenta que la forma de construir debía de ser Cangrejo aunque luego al levantar los edificios y de ornamentarlos la estética Grulla primase.
La Dama Hana te saludó complacida por la pompa, beato y sobretodo la elegancia de la Grulla, con una pequeña sonrisa mientras te estudiaba de buena mañana.
La dama de la Emperatriz que servía el té en realidad tenía un ojo puesto en cada detalle que hacías, en cada gesto y cada movimiento, te recordaba sin lugar a dudas a la presencia de tu madre o abuela que sin mirar te estaban mirando y con el dedo te podían señalar cada mal movimiento. Dabas gracias a los kamis a tener una presencia cortesana tan fuerte en tu pasado para estar reproduciendo los movimientos a la perfección hasta que quedaban satisfechas.
"La Ciudad Prohibida sin lugar a dudas es un deleite para los sentidos, no sólo en su arquitectura sino en sus jardines. Muchos son los maestros que han pasado por estos lugares, pero no sólo maestros ingenieros o botánicos, sino shugenjas o artesanos del ikebana justo como trabaja Shosuro Hatsuyo-san, con ayuda de la magia.
Debería venir algún día a que le expliquen los pormenores de cada detalle, hay expertos en esta ciudad sin duda, en especial Seppun Hanako-san, la cual posee la cualidad de tener en su memoria toda clase de detalles por níminos que sean hasta de qué se cultivaba antes en un lugar que en otro de flores y por qué se cambio."
Aquello dicho con elegancia parecía un enorme cumplido o una burla, por supuesto.
Hana bebía cuando le hiciste aquella pregunta que hizo que una de sus pequeñas y perfiladas cejas se levantaran y pusiera esa mueca que justamente buscabas como si dijera "nunca es tarde ni temprano para algo así" a la vez que había una presencia de pensar en que esa clase de comportamientos audaces sin lugar a dudas era tan de bushi... pero agradada porque ya que iba a ser algo así lo fuera de un apuesto grulla.
"Creo que la dama Amaterasu está lo suficiente alto como para que hasta ella pudiera disfrutar de una confidencia así."
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Si, seguro que lo dirían, ju. Incluso serían capaces de articular un perfecto argumento sobre porqué tal afirmación es compatible con el hecho de que el iaijutsu lo introdujo Kakita-shiryo, no Doji-Kami.
Todos somos Ella a fin de cuentas. Y ellos, los Doji, más aún -bromeo sonriendo de medio lado.
-¿Sumo? -pregunto con curiosidad. -Resulta interesante porque habría supuesto que Umeko preferiría los torneos de artes marciales, aunque seguramente ella misma fuese una estrella del sumo en categoría femenina, si es que se le pasara por la cabeza siquiera que pudiera pertenecer a esa categoría.
Hum, ¿hay mujeres luchadoras de sumo en Otosan Uchi? -murmuro con más curiosidad aún.
En aquellos momentos recuerdo una conversación de niño con mi madre. Ella siempre me corregía diciendo que a un grulla no le bastaba sólo con ser perfecto, sino que además debía aparentar que tal perfección surgía de forma natural de si mismo, sin esfuerzo. Es decir, si lo hacía bien pero pensaba demasiado en ello y resultaba forzado, no valía; siempre tenía que dar la impresión de que no me estaba preocupando en absoluto de ser perfecto, simplemente lo era.
La "negligente perfección", lo llamaba ella.
Y la verdad era que nunca me había entusiasmado esa parte de mi enseñanza, sin embargo ella se había empeñado en que formara parte de ésta por activa y por pasiva, con su lacónico "ahora no lo ves, pero algún día te será útil"
Gracias, madre.
-Shugenjas... Claro, eso explica mucha de esta magnificencia tan perdurable -asiento, mirando a mi alrededor con una nueva mirada, dando a entender que ese detalle no lo conocía.
-Ah, conocí hace poco a Seppun Hanako-sama. No sabía de tanta afición por la historia... Aunque es lógico, si los Seppun son los guardianes de la Ciudad Prohibida, su pasado es un tesoro de incalculable valor que también querrán salvaguardar -comento como una reflexión lógica. Cuanto más noble es una familia más le gusta rememorar su pasado, hasta el de sus jardines, y no hay otra mayor tanto en nobleza como en historia que la Hantei.
-Sin duda lleváis razón, mi señora -sonrío con elegancia dándole la razón, como no podía ser de otro modo, en cuanto a la oportunidad del momento. Acto seguido me tomo unos segundos para beber un sorbo de té, apenas un instante pero suficiente para crear un toque de expectación como un buen orador. -Bueno, pues el asunto es que... la Gran Madre Hantei Yukirohime-dono ha encargado un retrato de su propia persona... que se expondrá de forma permanente en una nueva sala de su ala del Palacio, dedicada a la presencia de Benten en el arte, por supuesto.
Y lo se porque... me lo ha encargado a mi -añado inclinándome un poco hacia ella, para usar un tono más bajo de voz y que se note sin decirlo que es algo que aún no se ha hecho oficial.
Todos somos Ella a fin de cuentas. Y ellos, los Doji, más aún -bromeo sonriendo de medio lado.
-¿Sumo? -pregunto con curiosidad. -Resulta interesante porque habría supuesto que Umeko preferiría los torneos de artes marciales, aunque seguramente ella misma fuese una estrella del sumo en categoría femenina, si es que se le pasara por la cabeza siquiera que pudiera pertenecer a esa categoría.
Hum, ¿hay mujeres luchadoras de sumo en Otosan Uchi? -murmuro con más curiosidad aún.
En aquellos momentos recuerdo una conversación de niño con mi madre. Ella siempre me corregía diciendo que a un grulla no le bastaba sólo con ser perfecto, sino que además debía aparentar que tal perfección surgía de forma natural de si mismo, sin esfuerzo. Es decir, si lo hacía bien pero pensaba demasiado en ello y resultaba forzado, no valía; siempre tenía que dar la impresión de que no me estaba preocupando en absoluto de ser perfecto, simplemente lo era.
La "negligente perfección", lo llamaba ella.
Y la verdad era que nunca me había entusiasmado esa parte de mi enseñanza, sin embargo ella se había empeñado en que formara parte de ésta por activa y por pasiva, con su lacónico "ahora no lo ves, pero algún día te será útil"
Gracias, madre.
-Shugenjas... Claro, eso explica mucha de esta magnificencia tan perdurable -asiento, mirando a mi alrededor con una nueva mirada, dando a entender que ese detalle no lo conocía.
-Ah, conocí hace poco a Seppun Hanako-sama. No sabía de tanta afición por la historia... Aunque es lógico, si los Seppun son los guardianes de la Ciudad Prohibida, su pasado es un tesoro de incalculable valor que también querrán salvaguardar -comento como una reflexión lógica. Cuanto más noble es una familia más le gusta rememorar su pasado, hasta el de sus jardines, y no hay otra mayor tanto en nobleza como en historia que la Hantei.
-Sin duda lleváis razón, mi señora -sonrío con elegancia dándole la razón, como no podía ser de otro modo, en cuanto a la oportunidad del momento. Acto seguido me tomo unos segundos para beber un sorbo de té, apenas un instante pero suficiente para crear un toque de expectación como un buen orador. -Bueno, pues el asunto es que... la Gran Madre Hantei Yukirohime-dono ha encargado un retrato de su propia persona... que se expondrá de forma permanente en una nueva sala de su ala del Palacio, dedicada a la presencia de Benten en el arte, por supuesto.
Y lo se porque... me lo ha encargado a mi -añado inclinándome un poco hacia ella, para usar un tono más bajo de voz y que se note sin decirlo que es algo que aún no se ha hecho oficial.
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Seguramente dirán que sólo en el seno de una relación como con Doji-kami se podría haber sublimado ese arte y no errarían..."
Se encogió de hombros sonriendo.
"Las artes marciales tienen también su público, la verdad, pero usualmente la comunidad dragón está más metida en eso, y la fénix. La león en esta ciudad sigue mucho el samuai y puedo entenderlo, hay enormes campeones, en todos los sentidos de la palabra ju."
Sonrió divertida.
"Oh si, claro que las hay, de hecho hay una cangrejo que es especialmente buena.
Ahora mismo los títulos lo están ostentando los cangrejo aunque en los león hay muy buenos luchadores, que están tratando de quitar esa racha de varios años ya. Y la verdad es que si, que creo que podrían, porque hay algunos que su técnica es realmente buena, se trata de eso al final, como todo, de saber usar la técnica y tu cuerpo mejor que otros."
...
OUT
Koji dándole las gracias a su madre por su educacion, por favor recuerdame que te de un peequi solo por esta parte porque me ha parecido perfecta, preciosa y me ha hecho reirme sola. Grulla al 1000%
IN
"Oh si, nuestros hermanos Seppuns hacen un trabajo admirable por nuestra seguridad en más de un sentido. empezó diciendo esta mientras miraba ellos son como las raices de los árboles, no se ven pero sin duda están ahí.
Obviamente yo a veces no puedo comprender la magnitud de eso juju después de todo preferiría ser la flor que florece más que la raíz que se esconde. Pero supongo que de la misma forma ellos me pueden decir que por qué desearía ser una flor con fecha de caducidad a algo perdurable...
Y supongo que es porque la vida la vemos de manera distinta y que para mi ser parte del mono no aware de la belleza y la vida es parte de la satisfacción de la misma."
"Oh si, Hanako-san tiene esa afición, la historia. Todos tenemos una ¿verdad?"
Aunque en cierta medida parecía que a ella la historia actual le parecía más interesante.
El té estaba como era de esperar, sublime, con unos toques afrutados que podían hacerte trasportar al verano sin estarlo.
la Dama Hana te prestó atención y te dejó hacer tu parte como buen público.
"Oh. Enhorabuena." sonrió"Lo cierto es que no dudaba que tarde o temprano pasaría. ¿Dos retratos de un autor nuevo y que se ha hecho famoso por su arte y no tener uno ella misma? se rio elegantemente tras su manga"Impensable. Pero claro, eso no deja de ser menos sorprendente, seguramente muchos pensarían que iba a esperar a que terminaseis vuestra saga para ser ella el broche final. En este caso creo que las circunstancias han determinado mucho...
Su Alteza Imperial quiere dejar sin duda un rastro imborrable no sólo en la corte sino en la historia." y el arte es la mejor forma para ello"Hum... esta es muy buena noticia... se quedó meditabunda una noticia que no podéis desperdiciar y que obviamente está fuera de toda conversación que debe resultar perfecto, estoy segura que lo entendéis ¿verdad? Y ya no hablo sólo de lo evidente sino de... te señaló y luego a ella nuestro pequeño secreto...
Una mujer debe trabajar con lo que tiene para hacer mi clase de magia, y esta sin duda es una nueva carta a mi favor."
Se encogió de hombros sonriendo.
"Las artes marciales tienen también su público, la verdad, pero usualmente la comunidad dragón está más metida en eso, y la fénix. La león en esta ciudad sigue mucho el samuai y puedo entenderlo, hay enormes campeones, en todos los sentidos de la palabra ju."
Sonrió divertida.
"Oh si, claro que las hay, de hecho hay una cangrejo que es especialmente buena.
Ahora mismo los títulos lo están ostentando los cangrejo aunque en los león hay muy buenos luchadores, que están tratando de quitar esa racha de varios años ya. Y la verdad es que si, que creo que podrían, porque hay algunos que su técnica es realmente buena, se trata de eso al final, como todo, de saber usar la técnica y tu cuerpo mejor que otros."
...
OUT
Koji dándole las gracias a su madre por su educacion, por favor recuerdame que te de un peequi solo por esta parte porque me ha parecido perfecta, preciosa y me ha hecho reirme sola. Grulla al 1000%
IN
"Oh si, nuestros hermanos Seppuns hacen un trabajo admirable por nuestra seguridad en más de un sentido. empezó diciendo esta mientras miraba ellos son como las raices de los árboles, no se ven pero sin duda están ahí.
Obviamente yo a veces no puedo comprender la magnitud de eso juju después de todo preferiría ser la flor que florece más que la raíz que se esconde. Pero supongo que de la misma forma ellos me pueden decir que por qué desearía ser una flor con fecha de caducidad a algo perdurable...
Y supongo que es porque la vida la vemos de manera distinta y que para mi ser parte del mono no aware de la belleza y la vida es parte de la satisfacción de la misma."
"Oh si, Hanako-san tiene esa afición, la historia. Todos tenemos una ¿verdad?"
Aunque en cierta medida parecía que a ella la historia actual le parecía más interesante.
El té estaba como era de esperar, sublime, con unos toques afrutados que podían hacerte trasportar al verano sin estarlo.
la Dama Hana te prestó atención y te dejó hacer tu parte como buen público.
"Oh. Enhorabuena." sonrió"Lo cierto es que no dudaba que tarde o temprano pasaría. ¿Dos retratos de un autor nuevo y que se ha hecho famoso por su arte y no tener uno ella misma? se rio elegantemente tras su manga"Impensable. Pero claro, eso no deja de ser menos sorprendente, seguramente muchos pensarían que iba a esperar a que terminaseis vuestra saga para ser ella el broche final. En este caso creo que las circunstancias han determinado mucho...
Su Alteza Imperial quiere dejar sin duda un rastro imborrable no sólo en la corte sino en la historia." y el arte es la mejor forma para ello"Hum... esta es muy buena noticia... se quedó meditabunda una noticia que no podéis desperdiciar y que obviamente está fuera de toda conversación que debe resultar perfecto, estoy segura que lo entendéis ¿verdad? Y ya no hablo sólo de lo evidente sino de... te señaló y luego a ella nuestro pequeño secreto...
Una mujer debe trabajar con lo que tiene para hacer mi clase de magia, y esta sin duda es una nueva carta a mi favor."
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Yo diría que sin los retos de Dama Doji, Kakita-shiryo nunca se habría encontrado a si mismo como el campeón que buscaba ser. Menos aún de haber fracasado en aquellos; así que si, fue Doji-Kami quien sublimó al mortal... Sólo a través de una exigencia imposible podía nacer el ancestro que conocemos -suspiro encogiéndome de hombros. No es que la Diosa sea un mero espectador, sino la piedra angular de la iluminación de Kakita sin la que nada de todo lo posterior habría sucedido.
OUT: Koji iba a decir, gracias por haberme fastidiado tanto de pequeño hasta que lo entendí, pero lo dejé en un simple gracias XDD Al final las madres siempre tienen razón, y las grullas más aún.
-La mayoría en mi Clan tiende a ver las cosas de un modo muy parecido a vos, mi señora. Las raíces lo sostienen todo, como los cimientos un palacio. Pero la razón de ser misma de un cimiento es sostener lo que hay por encima, sin eso su existencia carece de sentido.
Sin la efímera belleza y a la vez utilidad de las flores, todo el resto de la planta dejaría de tener razón de ser, y se extinguiría sin más -contesto dándole la razón en su punto de vista, cosa que no tiene nada de extraño siendo grulla.
-Todos tenemos una que contar, sin duda... Como un mensaje en una botella arrojado al mar, esperando que caiga en las manos adecuadas -sonrío sobre lo de las historias de cada cual, pensando en la mía, Kotome incluida, por un instante.
Me percato de que no sólo el té es de excelente calidad, si hay alguno mejor en el Imperio seguramente sea el exclusivo del Hantei y poco más, sino que está preparado justo a la perfección, o al menos como a mi me parece perfecto. Algunas personas cometen el error de retirar las hojas de té demasiado pronto y se pierde el toque más intenso del sabor, a menudo incluso con un toque amargo, dejando el té aguado... para mi gusto.
Estaba claro que en la casa de los Otomo no iban a cometer el error de despreciar los matices más intensos, aunque estos sean sólo para paladares capaces de soportarlos.
-Su Alteza Imperial está a punto de contraer matrimonio -asiento intuyendo que es eso a lo que se refiere la dama cuando habla de sus circunstancias -Me imagino que antes de afrontar esa nueva etapa en su vida quiere dejarlo todo bien resuelto, para su amado hijo -añado queriendo decir que ella misma dijo que el cuadro debería ser no sólo arte en si mismo sino un recordatorio para el Hantei de la presencia de su madre. Además quizás un marido Akodo dificultara el proceso de posado, eso también es posible.
-Aún así su retrato va a ser el broche final de todo el espacio de exposición de la nueva sala, eso por descontado. Ha adquirido todos los cuadros que he realizado ya, y todos los que me queden por hacer... de la serie, claro. Otomo Noriko-sama me permitirá opinar sobre algunas piezas más que se incorporarán, y finalmente la galería será una oda al Amor... -perfecto para dejar esa huella por parte de la Ama.
Después asiento cuando me advierte que todo debe salir perfecto, y sonrío con un cabeceo muy gentil cuando habla de las cartas a su favor, obviando a nadie más. Pero es su barco después de todo, yo me conformo con que me lleve a buen puerto.
-Ése es el segundo motivo por el que deseaba veros, Hanashirusato-sama. Suplicaros la gracia de vuestro consejo... para mejorar en la medida de cuanto sea posible vuestra carta.
Por supuesto, de mi depende que la obra esté a la altura de las expectativas de la Gran Madre, y creo que tengo una idea muy sólida para la composición que le gustará. Más allá de eso, sin embargo... ¿qué más debería tener en cuenta en el trato cercano?
Por ejemplo, una de las particularidades de mis retratos es que antes de pintar en si, me tomo mi tiempo para indagar sobre la psique de mi modelo, con el objetivo de captar en el cuadro su espíritu más personal en la medida de lo posible.
Por supuesto tal proceso era mucho más sencillo con Nozomi-san y Satomi-sensei que en presencia de una divinidad... Entonces, ¿pensáis que debería modificar mi procedimiento, o seguir con él como parte del encargo mismo? -le pregunto a la Otomo, buscando ese consejo del maestro hacia su protegido.
OUT: Koji iba a decir, gracias por haberme fastidiado tanto de pequeño hasta que lo entendí, pero lo dejé en un simple gracias XDD Al final las madres siempre tienen razón, y las grullas más aún.
-La mayoría en mi Clan tiende a ver las cosas de un modo muy parecido a vos, mi señora. Las raíces lo sostienen todo, como los cimientos un palacio. Pero la razón de ser misma de un cimiento es sostener lo que hay por encima, sin eso su existencia carece de sentido.
Sin la efímera belleza y a la vez utilidad de las flores, todo el resto de la planta dejaría de tener razón de ser, y se extinguiría sin más -contesto dándole la razón en su punto de vista, cosa que no tiene nada de extraño siendo grulla.
-Todos tenemos una que contar, sin duda... Como un mensaje en una botella arrojado al mar, esperando que caiga en las manos adecuadas -sonrío sobre lo de las historias de cada cual, pensando en la mía, Kotome incluida, por un instante.
Me percato de que no sólo el té es de excelente calidad, si hay alguno mejor en el Imperio seguramente sea el exclusivo del Hantei y poco más, sino que está preparado justo a la perfección, o al menos como a mi me parece perfecto. Algunas personas cometen el error de retirar las hojas de té demasiado pronto y se pierde el toque más intenso del sabor, a menudo incluso con un toque amargo, dejando el té aguado... para mi gusto.
Estaba claro que en la casa de los Otomo no iban a cometer el error de despreciar los matices más intensos, aunque estos sean sólo para paladares capaces de soportarlos.
-Su Alteza Imperial está a punto de contraer matrimonio -asiento intuyendo que es eso a lo que se refiere la dama cuando habla de sus circunstancias -Me imagino que antes de afrontar esa nueva etapa en su vida quiere dejarlo todo bien resuelto, para su amado hijo -añado queriendo decir que ella misma dijo que el cuadro debería ser no sólo arte en si mismo sino un recordatorio para el Hantei de la presencia de su madre. Además quizás un marido Akodo dificultara el proceso de posado, eso también es posible.
-Aún así su retrato va a ser el broche final de todo el espacio de exposición de la nueva sala, eso por descontado. Ha adquirido todos los cuadros que he realizado ya, y todos los que me queden por hacer... de la serie, claro. Otomo Noriko-sama me permitirá opinar sobre algunas piezas más que se incorporarán, y finalmente la galería será una oda al Amor... -perfecto para dejar esa huella por parte de la Ama.
Después asiento cuando me advierte que todo debe salir perfecto, y sonrío con un cabeceo muy gentil cuando habla de las cartas a su favor, obviando a nadie más. Pero es su barco después de todo, yo me conformo con que me lleve a buen puerto.
-Ése es el segundo motivo por el que deseaba veros, Hanashirusato-sama. Suplicaros la gracia de vuestro consejo... para mejorar en la medida de cuanto sea posible vuestra carta.
Por supuesto, de mi depende que la obra esté a la altura de las expectativas de la Gran Madre, y creo que tengo una idea muy sólida para la composición que le gustará. Más allá de eso, sin embargo... ¿qué más debería tener en cuenta en el trato cercano?
Por ejemplo, una de las particularidades de mis retratos es que antes de pintar en si, me tomo mi tiempo para indagar sobre la psique de mi modelo, con el objetivo de captar en el cuadro su espíritu más personal en la medida de lo posible.
Por supuesto tal proceso era mucho más sencillo con Nozomi-san y Satomi-sensei que en presencia de una divinidad... Entonces, ¿pensáis que debería modificar mi procedimiento, o seguir con él como parte del encargo mismo? -le pregunto a la Otomo, buscando ese consejo del maestro hacia su protegido.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Una vez más la historia de nuestro clan, una Doji consiguiendo que los demás hagan lo imposible por ella juju"
Sonrió Nozomi.
...
"Me alegra que compartamos la visión, después de todo... ¿no deben estar las flores orgullosas de ser el símbolo de belleza que son? Todo lo demás ayuda a esto mismo, es su razón de ser igual que la de un samurai es servir."
Asintió la Dama.
"Todos tenemos historias que contar pero no todas las historias merecen luego ser leídas."
Y eso era algo en lo que esta misma se basaba, la dama Hana buscaba grandes historias, y sino las conseguía, las creaba a fuego y martillazo.
"Será un momento muy emotivo, tenerla aquí de esa forma, para siempre, su presencia no debe ser borrada sino sublimada, sin duda."
Aunque todo el mundo tenía serias dudas que la Gran Madre dejase la capital para irse a una provincia, por muy capital León que fuera...
"Ah jujuju No dudaba menos, lo supe desde que vi la primera de vuestras obras, algo así no podía quedar en otro lugar, aunque vuestra patrona, Yashiko-san, tenga una colección majestuosa y estoy segura que su arte perdurará hasta el fin de los días en esta capital, no puede haber mejor lugar que este para unas obras semejantes. Además, eso ayudará a que sufran menos con el tiempo, las inclemencias de este, los cambios..."
Lo cual era cierto en la medida que terremotos e incendios no llegarían aquí de la misma forma por muchos años que pasaran. Correría más del año mil tras la caída de los kamis y tus obras estarían en el mejor lugar del Imperio.
"Oh... entiendo."
Y eso le hizo sonreír mientras bebía un poquito de su té.
"Creo que habéis venido a la persona adecuada.
¿Alguna vez os he contado o habéis sabido que su Alteza Imperial la Gran Madre y yo estamos emparentadas más cerca que otros Otomos?
Es decir, los Otomos, Seppuns y Miyas, todos somos familia pero...
Su abuela y mi abuela eran hermanas.
Así que conozco a su Alteza Imperial no sólo como Otomo o como Gobernante, sino como familia.
La Gran Madre siempre fue... como es ahora, a decir verdad, me acuerdo que mi abuela me decía que "la forma de ser" de una mujer así estaba deparada o a la grandeza o a la destrucción y que siendo Otomo, entonces sólo había una opción.
Bien fue cierto que, después de lo que pasó... en el anterior reinado lo de la segunda opción quedó en posibilidades, pero tenía razón, la grandeza es lo que le estaba esperando.
Así pues... ¿Qué clase de elementos son los que buscáis para comprender la psique de la modelo?"
Sonrió Nozomi.
...
"Me alegra que compartamos la visión, después de todo... ¿no deben estar las flores orgullosas de ser el símbolo de belleza que son? Todo lo demás ayuda a esto mismo, es su razón de ser igual que la de un samurai es servir."
Asintió la Dama.
"Todos tenemos historias que contar pero no todas las historias merecen luego ser leídas."
Y eso era algo en lo que esta misma se basaba, la dama Hana buscaba grandes historias, y sino las conseguía, las creaba a fuego y martillazo.
"Será un momento muy emotivo, tenerla aquí de esa forma, para siempre, su presencia no debe ser borrada sino sublimada, sin duda."
Aunque todo el mundo tenía serias dudas que la Gran Madre dejase la capital para irse a una provincia, por muy capital León que fuera...
"Ah jujuju No dudaba menos, lo supe desde que vi la primera de vuestras obras, algo así no podía quedar en otro lugar, aunque vuestra patrona, Yashiko-san, tenga una colección majestuosa y estoy segura que su arte perdurará hasta el fin de los días en esta capital, no puede haber mejor lugar que este para unas obras semejantes. Además, eso ayudará a que sufran menos con el tiempo, las inclemencias de este, los cambios..."
Lo cual era cierto en la medida que terremotos e incendios no llegarían aquí de la misma forma por muchos años que pasaran. Correría más del año mil tras la caída de los kamis y tus obras estarían en el mejor lugar del Imperio.
"Oh... entiendo."
Y eso le hizo sonreír mientras bebía un poquito de su té.
"Creo que habéis venido a la persona adecuada.
¿Alguna vez os he contado o habéis sabido que su Alteza Imperial la Gran Madre y yo estamos emparentadas más cerca que otros Otomos?
Es decir, los Otomos, Seppuns y Miyas, todos somos familia pero...
Su abuela y mi abuela eran hermanas.
Así que conozco a su Alteza Imperial no sólo como Otomo o como Gobernante, sino como familia.
La Gran Madre siempre fue... como es ahora, a decir verdad, me acuerdo que mi abuela me decía que "la forma de ser" de una mujer así estaba deparada o a la grandeza o a la destrucción y que siendo Otomo, entonces sólo había una opción.
Bien fue cierto que, después de lo que pasó... en el anterior reinado lo de la segunda opción quedó en posibilidades, pero tenía razón, la grandeza es lo que le estaba esperando.
Así pues... ¿Qué clase de elementos son los que buscáis para comprender la psique de la modelo?"
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Oh, sin duda. Además, ¿puede imaginarse mayor responsabilidad? Todo el entramado de la planta, desde la raíz, existe para otorgar a esa flor su instante de efímera gloria. El suelo permanece para buscar una nueva primavera, el tronco también, pero la flor... sólo tiene ese momento para obrar la magia de la perfección y la belleza.
No se puede permitir ni un fallo. Y aún así, todos envidian a la flor -suspiro pensando claro de modo filosófico en nosotros mismos, porque la carga de la grulla, o de la dama Otomo, no es la más pesada físicamente, pero eso no implica que no sea la más dura y de destino más cruel con los que tropiezan.
Un león sólo ve los algodones entre los que crece la grulla, olvidando todo lo demás.
-Me siento muy halagado porque pensarais tal cosa desde el principio, mi señora -le agradezco con una reverencia fluida, ya que pretendido o no, no deja de ser un halago el decirme que sólo viendo mi primera obra ya esperaba que tarde o temprano acabara en el lugar más elevado donde el arte puede residir, el palacio Hantei. Un honor reservado a muy pocas piezas, comparado con todas las que se producen en esta ciudad.
-Eso es muy cierto, la técnica que he usado para pintar estos cuadros... sobre una tela tratada y bien estirada en vez de un grabado sobre papel, o un entintado de éste, hace que este tipo de cuadros conserven intactos su color y brillo durante siglos... eso dicen los libros que he estudiado, y pruebas hay.
Es emocionante pensar que pasarán cientos de años y aún se verán esas imágenes casi como si fuera hoy, recordando a sus protagonistas de un modo reservado a lo que traspasa lo inmortal.
Supongo que eso ha sido otro factor que Su Alteza ha tenido muy en cuenta -asiento convencido de ello. Quizás Yukirohime no sea una experta en una técnica que no es la más usada en las academias más ortodoxas de Rokugan, pero no dudo que Noriko le habrá informado convenientemente de ése y muchos otros detalles.
Por supuesto no es que el retrato de Yashiko fuera a estar mucho peor; si no es en un palacio imperial, el segundo mejor lugar donde vivir eternamente es uno Doji, ju.
Me fijo sin decir nada en la sonrisa de Hanashirusato cuando le pido su consejo. Apenas la observo un segundo pero suficiente para asumir que mi idea de que la dama viera mi petición como un halago a su sabiduría y grandeza, tiene visos de haber funcionado.
-Desconocía ese detalle, mi señora. Pero sabía que vos erais la persona adecuada -contesto con una sonrisa. Se que apelo a su ego, cosa que suele ser una buena idea con los más nobles, siempre manteniendo el aura de elegancia grulla; por otro lado es incuestionable que en este caso no se trata de hueca vanidad, sino que ella parece saber muy bien de lo que habla.
-La grandeza, por supuesto -suspiro sobre la Ama. No es que yo vea tan imposible como Hana que un Otomo fracase, y menos aún uno que hubiera vivido en la corte del Hantei Loco, no obstante a toro pasado es cristalino darse cuenta que la Ama estaba destinada al éxito.
-Oh, pues... lo que más me interesa es su faceta como madre. No es que no pudiera centrarme en otros aspectos brillante de su persona, sino que ella misma incidió en el especial significado que ese cuadro debería tener para su hijo, así que la maternidad dominará el retrato sin desatender en la medida de lo posible a más matices.
Esta cualidad es muy interesante en cualquier caso; veréis normalmente para la mayoría de madres, sus hijos son sus tesoros, es algo lógico y de lo que depende la misma supervivencia tanto como el mantenimiento del estatus de la familia, desde samurais hasta campesinos.
Por otro lado, levantar entre tus manos a un bebé que es dueño de todo el Imperio conocido, que es un dios viviente, es tanto como tener todo ese imperio en las manos. Literalmente es un tesoro por todo lo que ello contiene.
Así que tenemos aquí una dualidad muy peculiar; por un lado es su hijo, por otro lado es el Hijo de los Cielos... ¿veis por donde trato de indagar? Estoy seguro de que Su Alteza es muy capaz de ver las dos caras que son de la misma moneda, ¿pero en qué proporción? ¿Hay acaso una que a los ojos de una madre domine a la otra? ¿Quizás una tercera que no haya considerado en su justa medida? -le planteo a la dama Otomo, con el debido respeto que implica proponer ese tipo de cuestiones, objeto además de más de un rumor malicioso por ahí, pero a la vez basándome en la ya expresada necesidad de conocer a la modelo en la medida que ella misma ha realizado el encargo, por lo que... en realidad estoy siguiendo órdenes directas de la Ama al hacerlo.
No se puede permitir ni un fallo. Y aún así, todos envidian a la flor -suspiro pensando claro de modo filosófico en nosotros mismos, porque la carga de la grulla, o de la dama Otomo, no es la más pesada físicamente, pero eso no implica que no sea la más dura y de destino más cruel con los que tropiezan.
Un león sólo ve los algodones entre los que crece la grulla, olvidando todo lo demás.
-Me siento muy halagado porque pensarais tal cosa desde el principio, mi señora -le agradezco con una reverencia fluida, ya que pretendido o no, no deja de ser un halago el decirme que sólo viendo mi primera obra ya esperaba que tarde o temprano acabara en el lugar más elevado donde el arte puede residir, el palacio Hantei. Un honor reservado a muy pocas piezas, comparado con todas las que se producen en esta ciudad.
-Eso es muy cierto, la técnica que he usado para pintar estos cuadros... sobre una tela tratada y bien estirada en vez de un grabado sobre papel, o un entintado de éste, hace que este tipo de cuadros conserven intactos su color y brillo durante siglos... eso dicen los libros que he estudiado, y pruebas hay.
Es emocionante pensar que pasarán cientos de años y aún se verán esas imágenes casi como si fuera hoy, recordando a sus protagonistas de un modo reservado a lo que traspasa lo inmortal.
Supongo que eso ha sido otro factor que Su Alteza ha tenido muy en cuenta -asiento convencido de ello. Quizás Yukirohime no sea una experta en una técnica que no es la más usada en las academias más ortodoxas de Rokugan, pero no dudo que Noriko le habrá informado convenientemente de ése y muchos otros detalles.
Por supuesto no es que el retrato de Yashiko fuera a estar mucho peor; si no es en un palacio imperial, el segundo mejor lugar donde vivir eternamente es uno Doji, ju.
Me fijo sin decir nada en la sonrisa de Hanashirusato cuando le pido su consejo. Apenas la observo un segundo pero suficiente para asumir que mi idea de que la dama viera mi petición como un halago a su sabiduría y grandeza, tiene visos de haber funcionado.
-Desconocía ese detalle, mi señora. Pero sabía que vos erais la persona adecuada -contesto con una sonrisa. Se que apelo a su ego, cosa que suele ser una buena idea con los más nobles, siempre manteniendo el aura de elegancia grulla; por otro lado es incuestionable que en este caso no se trata de hueca vanidad, sino que ella parece saber muy bien de lo que habla.
-La grandeza, por supuesto -suspiro sobre la Ama. No es que yo vea tan imposible como Hana que un Otomo fracase, y menos aún uno que hubiera vivido en la corte del Hantei Loco, no obstante a toro pasado es cristalino darse cuenta que la Ama estaba destinada al éxito.
-Oh, pues... lo que más me interesa es su faceta como madre. No es que no pudiera centrarme en otros aspectos brillante de su persona, sino que ella misma incidió en el especial significado que ese cuadro debería tener para su hijo, así que la maternidad dominará el retrato sin desatender en la medida de lo posible a más matices.
Esta cualidad es muy interesante en cualquier caso; veréis normalmente para la mayoría de madres, sus hijos son sus tesoros, es algo lógico y de lo que depende la misma supervivencia tanto como el mantenimiento del estatus de la familia, desde samurais hasta campesinos.
Por otro lado, levantar entre tus manos a un bebé que es dueño de todo el Imperio conocido, que es un dios viviente, es tanto como tener todo ese imperio en las manos. Literalmente es un tesoro por todo lo que ello contiene.
Así que tenemos aquí una dualidad muy peculiar; por un lado es su hijo, por otro lado es el Hijo de los Cielos... ¿veis por donde trato de indagar? Estoy seguro de que Su Alteza es muy capaz de ver las dos caras que son de la misma moneda, ¿pero en qué proporción? ¿Hay acaso una que a los ojos de una madre domine a la otra? ¿Quizás una tercera que no haya considerado en su justa medida? -le planteo a la dama Otomo, con el debido respeto que implica proponer ese tipo de cuestiones, objeto además de más de un rumor malicioso por ahí, pero a la vez basándome en la ya expresada necesidad de conocer a la modelo en la medida que ella misma ha realizado el encargo, por lo que... en realidad estoy siguiendo órdenes directas de la Ama al hacerlo.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Incluso el Cangrejo, que suele ver absurdo una verdad semejante es capaz de emocionarse por el mono no aware de las flores..."
Una verdad universal sin duda.
"Su técnica y si forma de dibujo es sin lugar a dudas... muy distinta. Llegué a pensar que tendría problemas porque no sé si sabe que en la galería de la Gran Madre hay arte prohibido del que tiene reminiscencias el suyo."
Gaijin, quería decir del poco arte que se salvó y que quedó tras la Batalla del Ciervo Blanco.
"La inmortalidad que da el arte es una tentación demasiada alta, ya debe saberlo, autor, y más para una mujer."
Y más aún para una mujer como ella, quería añadir.
La pregunta sobre ella como madre hizo que la Dama Hana te mirase con un interés algo más serpentino, puede que la dama pensara que elegirla a ella justo en ese tema podría ser una estratagema ya que la que había sido compañera de todo el tiempo en el que la Ama estuvo oculta de Okucheo fue con la Dama Mizumi. Pero la serie de preguntas que le hiciste al menos le hizo pensar que tu interés era genérico en ciertos detalles y no tanto como el que escribe para un periódico de actualidad.
"Hum.......... son preguntas complejas las que rondan a una mujer como madre y a esta mujer como madre....
Lo primero que debo deciros es que la relación de la Gran Madre con el Alto Hijo es... única, y lo es justo por eso que mencionáis, una madre puede amar a un hijo y educarlo ¿pero cómo se hace con un dios? Sólo ella está en esa posición.
Si tuviera que destacar una parte de su educación es la vigilancia.
¿Ha ido alguna vez al rancho que tienen los leones fuera de la ciudad? Donde las Matsu educan a sus leones de combate. te preguntó Un lugar peculiar, cuanto menos, bueno, pues allí podrá ver un comportamiento semejante. Las leonas vigilan desde lejos a los cachorros, parece que no los están ni mirando pero le aseguro que cuando hacen algo que no deben y vuelven con ella son recibidos como se merecen, atendiendo a cómo se hayan portado.
Seguramente muchos pensarán que su actitud puede ser negligente hacia este, pudiéndole dar todo y es cierto, pero también se olvidan que el pasado, que hace tan sólo tres años, la vida de ese dios en la tierra era motivo de muerte, y eso también ha estado en su educación.
Es un equilibrio precario pero a la vez perfecto y lejos de lo que muchos piensan la Gran Madre no es en absoluta fría con su hijo. Creo que ya sabe que esta es seguidora de Benten-kami-sama, así que es absurdo cuando oigo que seguramente el Emperador ha sido criado por una madre que lo ha avocado a la frialdad."
Una verdad universal sin duda.
"Su técnica y si forma de dibujo es sin lugar a dudas... muy distinta. Llegué a pensar que tendría problemas porque no sé si sabe que en la galería de la Gran Madre hay arte prohibido del que tiene reminiscencias el suyo."
Gaijin, quería decir del poco arte que se salvó y que quedó tras la Batalla del Ciervo Blanco.
"La inmortalidad que da el arte es una tentación demasiada alta, ya debe saberlo, autor, y más para una mujer."
Y más aún para una mujer como ella, quería añadir.
La pregunta sobre ella como madre hizo que la Dama Hana te mirase con un interés algo más serpentino, puede que la dama pensara que elegirla a ella justo en ese tema podría ser una estratagema ya que la que había sido compañera de todo el tiempo en el que la Ama estuvo oculta de Okucheo fue con la Dama Mizumi. Pero la serie de preguntas que le hiciste al menos le hizo pensar que tu interés era genérico en ciertos detalles y no tanto como el que escribe para un periódico de actualidad.
"Hum.......... son preguntas complejas las que rondan a una mujer como madre y a esta mujer como madre....
Lo primero que debo deciros es que la relación de la Gran Madre con el Alto Hijo es... única, y lo es justo por eso que mencionáis, una madre puede amar a un hijo y educarlo ¿pero cómo se hace con un dios? Sólo ella está en esa posición.
Si tuviera que destacar una parte de su educación es la vigilancia.
¿Ha ido alguna vez al rancho que tienen los leones fuera de la ciudad? Donde las Matsu educan a sus leones de combate. te preguntó Un lugar peculiar, cuanto menos, bueno, pues allí podrá ver un comportamiento semejante. Las leonas vigilan desde lejos a los cachorros, parece que no los están ni mirando pero le aseguro que cuando hacen algo que no deben y vuelven con ella son recibidos como se merecen, atendiendo a cómo se hayan portado.
Seguramente muchos pensarán que su actitud puede ser negligente hacia este, pudiéndole dar todo y es cierto, pero también se olvidan que el pasado, que hace tan sólo tres años, la vida de ese dios en la tierra era motivo de muerte, y eso también ha estado en su educación.
Es un equilibrio precario pero a la vez perfecto y lejos de lo que muchos piensan la Gran Madre no es en absoluta fría con su hijo. Creo que ya sabe que esta es seguidora de Benten-kami-sama, así que es absurdo cuando oigo que seguramente el Emperador ha sido criado por una madre que lo ha avocado a la frialdad."
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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- Kakita Koji
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-No, no lo sabía -contesto con un gesto de sorpresa contenida. A decir verdad nunca ha sido un dato demasiado extendido la cantidad de piezas de la cultura gaijin que no fueron arrasadas después de la batalla, ni si el arte en si fue traído expresamente en algún barco mercante o los que llegaron fueron maestros pintores personalmente. Yo siempre he trabajado con manuales y referencias de terceros, así que ahora siento una notable curiosidad por estudiar ese material de Palacio. Aunque claro, si es prohibido eso conlleva cierta respuesta intrínseca a una petición aún no formulada.
-Comprendo las reticencias, pero en mi opinión lo que cuenta es que la mano y el alma son rokuganíes. Eso lo convierte en arte samurai -murmuro dando un sorbo del té, convencido de la idea de que mi arte no es gaijin, sino simplemente mío. Y yo, soy grulla.
-Cierto. Soy consciente de ello -asiento con una sonrisa elegante a su comentario sobre la inmortalidad, y como de tentador es eso para una emperatriz deseosa de grandeza eterna.
-Supongo que eso me coloca en una posición muy buena si le gusta el resultado, aunque efímera. Justo como una flor. Hana -suspiro encogiéndome de hombros, sonriendo con gracia queriendo decir que es mi destino, al igual que Kotome. Si el cuadro no le gusta a la Ama, malo, pero aunque si lo haga una vez acabado el trabajo ya no me necesitará más. Por eso mi importancia es efímera como ese mono no aware del que hemos hablado antes.
Dejo que la dama me observe sin reparos, como si tratara de mostrar que no tengo doblez ni nada que ocultar en mis preguntas, y que mi intención es genuinamente honesta.
Quizás para una Otomo, el hecho de confiar en que alguien pueda no tener intenciones ocultas es complicado ya que en la corte casi todo el mundo las tiene, y los que llegan aquí arriba más que nadie. Pero desde luego, no es mi caso.
-He oído hablar de ese lugar, pero... no creo que los de mi familia sean demasiado bien recibidos por allí, así que nunca lo he visto con mis propios ojos -replico sobre ese criadero de leones del que habla la Otomo, prestando atención a lo que explica a continuación.
-Comprendo. Una leona necesita que su cachorro aprenda a usar sus garras, ya que sabe que tarde o temprano dejará de poder luchar sus batallas por él.
Creo que mi madre estaría de acuerdo en eso -comento pensando en el instante de antes y mi recuerdo hacia sus lecciones de etiqueta.
-Claro que en este caso se trata de un dios, el que necesita el Imperio para sobrevivir. No sólo basta con salvarlo de la muerte, tiene que conseguir que sea un digno heredero del... Hantei -del primero, no del último cuya sangre divina ya fue probada por Rokugan. Un equilibrio precario pues precisamente por ser hijo de éste tiene derecho, pero también la obligación de ser mejor que él, o más de uno quizás caiga en la tentación de pensar que una vez muerto un Hantei, otro no parece ya tan grave.
Aunque no estoy seguro de que Hanashirusato pretenda llegar tan lejos en sus planteamientos, en un razonamiento que a mi se me pasa por la cabeza.
-Salvar a un hijo de la destrucción, para acabar teniendo que entregarlo a un mundo humano que lo necesita como su Emperador. ¿Es demasiado aventurado decir que tal hecho parece una metáfora, formalmente al menos, de la propia Amaterasu? -pregunto con un tono lo suficientemente elegante para que no parezca una comparación excesiva, sino racional. ¿No es así realmente?
-Oh si, Soshi Satomi-sensei me habló de la devoción hacia Benten-Kami, y la cercana que era Su Alteza a esta Fortuna -contesto moviendo afirmativamente la cabeza. No se si la dama Hana sabe la implicación de ello, pero de todas formas tiene razón.
-Estaba pensando en que... ¿recordáis mi señora aquellos grabados tan de moda en la época Genji, que representaban a Amaterasu amamantando a Hantei? Se sabe que estuvieron muy de moda en aquella época, así que es probable que queden algunos de ellos en las colecciones imperiales.... aunque el papel en el que solían grabarse no es el más adecuado para soportar el paso de los siglos.
En cualquier caso tal escena es un motivo artístico plenamente conocido y aceptado en el mundo del arte. Siempre me ha parecido una representación de la maternidad tanto como de la herencia divina de nuestro Emperador muy poderosa, ¿no os parece? -planteo dejando caer que tras mi pensamiento previo y esta misma conversación sería mi visión para retratar a Yukirohime, esperando ver si a la Otomo le gusta la idea o no.
-Comprendo las reticencias, pero en mi opinión lo que cuenta es que la mano y el alma son rokuganíes. Eso lo convierte en arte samurai -murmuro dando un sorbo del té, convencido de la idea de que mi arte no es gaijin, sino simplemente mío. Y yo, soy grulla.
-Cierto. Soy consciente de ello -asiento con una sonrisa elegante a su comentario sobre la inmortalidad, y como de tentador es eso para una emperatriz deseosa de grandeza eterna.
-Supongo que eso me coloca en una posición muy buena si le gusta el resultado, aunque efímera. Justo como una flor. Hana -suspiro encogiéndome de hombros, sonriendo con gracia queriendo decir que es mi destino, al igual que Kotome. Si el cuadro no le gusta a la Ama, malo, pero aunque si lo haga una vez acabado el trabajo ya no me necesitará más. Por eso mi importancia es efímera como ese mono no aware del que hemos hablado antes.
Dejo que la dama me observe sin reparos, como si tratara de mostrar que no tengo doblez ni nada que ocultar en mis preguntas, y que mi intención es genuinamente honesta.
Quizás para una Otomo, el hecho de confiar en que alguien pueda no tener intenciones ocultas es complicado ya que en la corte casi todo el mundo las tiene, y los que llegan aquí arriba más que nadie. Pero desde luego, no es mi caso.
-He oído hablar de ese lugar, pero... no creo que los de mi familia sean demasiado bien recibidos por allí, así que nunca lo he visto con mis propios ojos -replico sobre ese criadero de leones del que habla la Otomo, prestando atención a lo que explica a continuación.
-Comprendo. Una leona necesita que su cachorro aprenda a usar sus garras, ya que sabe que tarde o temprano dejará de poder luchar sus batallas por él.
Creo que mi madre estaría de acuerdo en eso -comento pensando en el instante de antes y mi recuerdo hacia sus lecciones de etiqueta.
-Claro que en este caso se trata de un dios, el que necesita el Imperio para sobrevivir. No sólo basta con salvarlo de la muerte, tiene que conseguir que sea un digno heredero del... Hantei -del primero, no del último cuya sangre divina ya fue probada por Rokugan. Un equilibrio precario pues precisamente por ser hijo de éste tiene derecho, pero también la obligación de ser mejor que él, o más de uno quizás caiga en la tentación de pensar que una vez muerto un Hantei, otro no parece ya tan grave.
Aunque no estoy seguro de que Hanashirusato pretenda llegar tan lejos en sus planteamientos, en un razonamiento que a mi se me pasa por la cabeza.
-Salvar a un hijo de la destrucción, para acabar teniendo que entregarlo a un mundo humano que lo necesita como su Emperador. ¿Es demasiado aventurado decir que tal hecho parece una metáfora, formalmente al menos, de la propia Amaterasu? -pregunto con un tono lo suficientemente elegante para que no parezca una comparación excesiva, sino racional. ¿No es así realmente?
-Oh si, Soshi Satomi-sensei me habló de la devoción hacia Benten-Kami, y la cercana que era Su Alteza a esta Fortuna -contesto moviendo afirmativamente la cabeza. No se si la dama Hana sabe la implicación de ello, pero de todas formas tiene razón.
-Estaba pensando en que... ¿recordáis mi señora aquellos grabados tan de moda en la época Genji, que representaban a Amaterasu amamantando a Hantei? Se sabe que estuvieron muy de moda en aquella época, así que es probable que queden algunos de ellos en las colecciones imperiales.... aunque el papel en el que solían grabarse no es el más adecuado para soportar el paso de los siglos.
En cualquier caso tal escena es un motivo artístico plenamente conocido y aceptado en el mundo del arte. Siempre me ha parecido una representación de la maternidad tanto como de la herencia divina de nuestro Emperador muy poderosa, ¿no os parece? -planteo dejando caer que tras mi pensamiento previo y esta misma conversación sería mi visión para retratar a Yukirohime, esperando ver si a la Otomo le gusta la idea o no.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Hum... Agarráos a ese discurso porque lo necesitaréis. Ahora mismo hay muchos deslumbrados por la novedad pero cuando lleguen las críticas voraces vendrán por ahí."
Señaló esta.
"Esperemos que sea más que como una flor, o al menos que pueda ser como el recuerdo eterno de una flor."
En la corte no es que todo el mundo tuviera intenciones ocultas sino que se daba el paradigma de cómo podías confiar en alguien que no tuviera segundas intenciones. ¿Es que estaba loco? ¿Era tonto? O peor... ¡¿un idealista?! Tenías que ponderar los motivos, la persona y finalmente tus segundas intenciones para compaginar una extrañeza así. Y eso es lo que hacía la dama Hana que si bien es cierto que tu no tenías dobles intenciones con la Ama si que tenías una misión secreta y eso al menos no te colocaba entre los tontos, aunque puede que si entre los locos...
"Oh, seguramente estará muy de acuerdo, la educación en la Ciudad Prohibida tiene una mezcla del tinte grulla con el escarlata escorpión. Y su Alteza Imperial pasó los años de ocultación en ambas tierra además."
Hana se rió por la comparación y te dijo:
"Si sois capaz de plasmar eso en vuestro arte de alguna forma os puedo asegurar que no habrá nadie favorito en el arte por encima de vos.
Tendréis tanta su atención y su beneplácito que seguramente os tendré que decir que será hasta inseguro para vuestra vida juju pero... estoy segura que no por eso es menos interesante y creo que grandioso el ser capaz de mostrar justamente eso."
"Ah si, la misma la misma..."
Dijo de la adoración de Satomi pero a la vez estabas seguro por su tono que ella misma decía "pero no es la misma" en el sentido de la forma o... a saber...
"Oh CLARO que sé de ellos!! pareció de pronto super excitada por la conversación ¿Acaso no sabéis que soy una de las que posee una de las mayores colecciones de ese arte de la capital? Obviamente mis obras las tengo en la galería imperial, porque es mi honor que el Emperador pueda verlas pero también tengo algunas privadas porque me fascina esa época, de hecho me viene por mi abuela, que es por la que elegí mi nombre. te fue contando justamente tengo una de esas pinturas, los dorados, amarillosm naranjas y rojizos son... de otro mundo!"
Juntó sus manos al decir aquello en una palmadita que jamás sonó y añadió:
"Si hicieráis algo así, con lo que os he dicho... HUUM es cierto que es mucho pero... ¿Por qué hacer menos? Ella pensará que no hay nada demasiado para ella."
Señaló esta.
"Esperemos que sea más que como una flor, o al menos que pueda ser como el recuerdo eterno de una flor."
En la corte no es que todo el mundo tuviera intenciones ocultas sino que se daba el paradigma de cómo podías confiar en alguien que no tuviera segundas intenciones. ¿Es que estaba loco? ¿Era tonto? O peor... ¡¿un idealista?! Tenías que ponderar los motivos, la persona y finalmente tus segundas intenciones para compaginar una extrañeza así. Y eso es lo que hacía la dama Hana que si bien es cierto que tu no tenías dobles intenciones con la Ama si que tenías una misión secreta y eso al menos no te colocaba entre los tontos, aunque puede que si entre los locos...
"Oh, seguramente estará muy de acuerdo, la educación en la Ciudad Prohibida tiene una mezcla del tinte grulla con el escarlata escorpión. Y su Alteza Imperial pasó los años de ocultación en ambas tierra además."
Hana se rió por la comparación y te dijo:
"Si sois capaz de plasmar eso en vuestro arte de alguna forma os puedo asegurar que no habrá nadie favorito en el arte por encima de vos.
Tendréis tanta su atención y su beneplácito que seguramente os tendré que decir que será hasta inseguro para vuestra vida juju pero... estoy segura que no por eso es menos interesante y creo que grandioso el ser capaz de mostrar justamente eso."
"Ah si, la misma la misma..."
Dijo de la adoración de Satomi pero a la vez estabas seguro por su tono que ella misma decía "pero no es la misma" en el sentido de la forma o... a saber...
"Oh CLARO que sé de ellos!! pareció de pronto super excitada por la conversación ¿Acaso no sabéis que soy una de las que posee una de las mayores colecciones de ese arte de la capital? Obviamente mis obras las tengo en la galería imperial, porque es mi honor que el Emperador pueda verlas pero también tengo algunas privadas porque me fascina esa época, de hecho me viene por mi abuela, que es por la que elegí mi nombre. te fue contando justamente tengo una de esas pinturas, los dorados, amarillosm naranjas y rojizos son... de otro mundo!"
Juntó sus manos al decir aquello en una palmadita que jamás sonó y añadió:
"Si hicieráis algo así, con lo que os he dicho... HUUM es cierto que es mucho pero... ¿Por qué hacer menos? Ella pensará que no hay nada demasiado para ella."
"Nací con el mar
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Gracias por el consejo, mi señora Otomo -le contesto con una reverencia elegante desde la posición de sentado, que no da para tantas florituras como estando de pie pero aun así los grullas nos las arreglamos.
-De todas formas, una vez que se haga público que la Ama tiene su propio cuadro de mi serie, o como poco el hecho de que la haya adquirido toda, ¿no sería una crítica indirecta hacia Ella, o cuanto menos hacia su buen gusto, el hecho de considerar mi estilo como gaijin y por tanto indigno del arte rokuganí? -le pregunto a la dama, porque más o menos es con lo que cuento.
Un poeta grulla escribió una vez que el enamoramiento era en si mismo un cierto grado de locura, así que... me imagino que Hanashirusato me colocará entre los locos, al menos en lo que respecta a ella pues no puedo tener intenciones ocultas con quien ya sabe cual es mi objetivo con la favorita de Otomo Nishi... lo que, claro, es mi auténtica intención oculta en todo este juego.
-Tiene sentido, después de todo la mezcla del azul y del rojo, es el violeta -sonrío de medio lado refiriéndome tanto a la educación dominante en el Palacio, como a los refugios de la Ama. Los colores de la Grulla y del Escorpión, y el exclusivo de Yukirohime, los violáceos.
Podría pensarse que es casualidad, pero... ésta suele ser la opción a descartar siempre tratándose de la Ama.
-Lo bueno del mundo de la pintura es que comprende muchos códigos visuales que permiten... insinuar casi cualquier cosa que se pretenda, si se tiene el talento para ello -y yo lo tengo, o no sería grulla pensando lo contrario.
-Por ejemplo, no necesito decir que alguien brilla como el sol, ni siquiera pretender que un modelo aparezca emitiendo luz incandescente como quizás haría en una imagen de Amaterasu, pero... existe una técnica que aún no he puesto en práctica aunque la he ensayado varias veces, y es situar una figura en un entorno prácticamente a oscuras, en el que no se perciba por parte del espectador una fuente de luz directa, y sin embargo iluminar con un fuerte contraste el volumen de esa figura o figuras protagonistas. Esto sirve para generar un recurso efectista que resalte claramente unos elementos sobre otros y dotarlos de una mayor expresividad y, por qué no, cierta dosis de dramatismo también. Pero también posee otra particularidad, y es que si el autor juega con el espectador haciéndole incapaz de localizar la fuente de luz que ilumina el volumen destacado, la impresión inconsciente es que ese volumen genera su propia luz, aunque no irradie directamente a su alrededor sólo a si mismo -le explico a Hanashirusato. Así que se puede jugar con la idea de que la Ama brille, aunque no lo haga de forma explícita, con lo que la permanente comparación de toda madre Hantei, y de ésta en especial con Amaterasu queda en un nivel de insinuación que no lo afirma pero tampoco hace nada por desmentirlo, el tipo de seducción que gusta entre los samurais.
O eso espero.
Además es la visión de Benten, con lo que todo esto cobra aún más sentido.
-Oh, que adorable coincidencia -respondo sobre su recién descubierto -por mi- gusto por la estética Genji, y realmente no tenía ni idea -Se que aunque mi técnica pueda parecer muy poco ortodoxa, lo cierto es que admiro mucho a los autores de la era Genji porque lo cierto es que... bueno, ellos eran también muy poco ortodoxos dado que "la ortodoxia" se implantó después.
Tal como yo lo veo eran unos innovadores no sólo en estilos nunca vistos sino también en técnicas y temas de sus obras. Así que me siento bastante identificado con ese periodo sin duda -sonrío explicando que lo que hoy consideramos clásico era muy innovador en aquel momento, y no sólo en la pintura sino en todas las artes y modas.
Por un instante estoy tentado de pedirle de algún modo poder ver ese cuadro del que me habla, aunque no se me ocurre realmente una forma cortés de decirle que deje de hacer lo que esté haciendo para llevarme a ver un objeto privado, así que suspiro pensando en que quizás en otra ocasión pueda ser.
-Se me ocurre que... llegado el momento de organizar la galería que contenga el retrato de Su Alteza y el resto, ¿nos concederíais el honor de prestar una de vuestras obras de esta temática, para ilustrar el clasicismo de lo heterodoxo, de la forma más bella imaginable? -le propongo como opción, sólo a título de préstamo claro. Para inaugurar el ala que Noriko debe crear, pero estoy seguro de que le gustaría la idea.
-Eso mismo pienso yo -que no hay nada demasiado para ella, o que ella cree que no lo hay, lo que en el fondo viene a ser lo mismo.
-Creo que no debería robaros más tiempo, mi señora Otomo. Os agradezco de todo corazón cada buen consejo que me habéis dado... Y la luz de Amaterasu brilla en su punto adecuado para pintar; es el momento de mi cita con Su Majestad -añado al final, tras apurar el último sorbo de té, excusándome en que si la dejo antes de lo que yo querría, sólo podría ser por otra dama del nivel de la Ama.
-De todas formas, una vez que se haga público que la Ama tiene su propio cuadro de mi serie, o como poco el hecho de que la haya adquirido toda, ¿no sería una crítica indirecta hacia Ella, o cuanto menos hacia su buen gusto, el hecho de considerar mi estilo como gaijin y por tanto indigno del arte rokuganí? -le pregunto a la dama, porque más o menos es con lo que cuento.
Un poeta grulla escribió una vez que el enamoramiento era en si mismo un cierto grado de locura, así que... me imagino que Hanashirusato me colocará entre los locos, al menos en lo que respecta a ella pues no puedo tener intenciones ocultas con quien ya sabe cual es mi objetivo con la favorita de Otomo Nishi... lo que, claro, es mi auténtica intención oculta en todo este juego.
-Tiene sentido, después de todo la mezcla del azul y del rojo, es el violeta -sonrío de medio lado refiriéndome tanto a la educación dominante en el Palacio, como a los refugios de la Ama. Los colores de la Grulla y del Escorpión, y el exclusivo de Yukirohime, los violáceos.
Podría pensarse que es casualidad, pero... ésta suele ser la opción a descartar siempre tratándose de la Ama.
-Lo bueno del mundo de la pintura es que comprende muchos códigos visuales que permiten... insinuar casi cualquier cosa que se pretenda, si se tiene el talento para ello -y yo lo tengo, o no sería grulla pensando lo contrario.
-Por ejemplo, no necesito decir que alguien brilla como el sol, ni siquiera pretender que un modelo aparezca emitiendo luz incandescente como quizás haría en una imagen de Amaterasu, pero... existe una técnica que aún no he puesto en práctica aunque la he ensayado varias veces, y es situar una figura en un entorno prácticamente a oscuras, en el que no se perciba por parte del espectador una fuente de luz directa, y sin embargo iluminar con un fuerte contraste el volumen de esa figura o figuras protagonistas. Esto sirve para generar un recurso efectista que resalte claramente unos elementos sobre otros y dotarlos de una mayor expresividad y, por qué no, cierta dosis de dramatismo también. Pero también posee otra particularidad, y es que si el autor juega con el espectador haciéndole incapaz de localizar la fuente de luz que ilumina el volumen destacado, la impresión inconsciente es que ese volumen genera su propia luz, aunque no irradie directamente a su alrededor sólo a si mismo -le explico a Hanashirusato. Así que se puede jugar con la idea de que la Ama brille, aunque no lo haga de forma explícita, con lo que la permanente comparación de toda madre Hantei, y de ésta en especial con Amaterasu queda en un nivel de insinuación que no lo afirma pero tampoco hace nada por desmentirlo, el tipo de seducción que gusta entre los samurais.
O eso espero.
Además es la visión de Benten, con lo que todo esto cobra aún más sentido.
-Oh, que adorable coincidencia -respondo sobre su recién descubierto -por mi- gusto por la estética Genji, y realmente no tenía ni idea -Se que aunque mi técnica pueda parecer muy poco ortodoxa, lo cierto es que admiro mucho a los autores de la era Genji porque lo cierto es que... bueno, ellos eran también muy poco ortodoxos dado que "la ortodoxia" se implantó después.
Tal como yo lo veo eran unos innovadores no sólo en estilos nunca vistos sino también en técnicas y temas de sus obras. Así que me siento bastante identificado con ese periodo sin duda -sonrío explicando que lo que hoy consideramos clásico era muy innovador en aquel momento, y no sólo en la pintura sino en todas las artes y modas.
Por un instante estoy tentado de pedirle de algún modo poder ver ese cuadro del que me habla, aunque no se me ocurre realmente una forma cortés de decirle que deje de hacer lo que esté haciendo para llevarme a ver un objeto privado, así que suspiro pensando en que quizás en otra ocasión pueda ser.
-Se me ocurre que... llegado el momento de organizar la galería que contenga el retrato de Su Alteza y el resto, ¿nos concederíais el honor de prestar una de vuestras obras de esta temática, para ilustrar el clasicismo de lo heterodoxo, de la forma más bella imaginable? -le propongo como opción, sólo a título de préstamo claro. Para inaugurar el ala que Noriko debe crear, pero estoy seguro de que le gustaría la idea.
-Eso mismo pienso yo -que no hay nada demasiado para ella, o que ella cree que no lo hay, lo que en el fondo viene a ser lo mismo.
-Creo que no debería robaros más tiempo, mi señora Otomo. Os agradezco de todo corazón cada buen consejo que me habéis dado... Y la luz de Amaterasu brilla en su punto adecuado para pintar; es el momento de mi cita con Su Majestad -añado al final, tras apurar el último sorbo de té, excusándome en que si la dejo antes de lo que yo querría, sólo podría ser por otra dama del nivel de la Ama.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Oh, por supuesto que podría verse así o podrían ir en vuestra contra directamente antes que ante los cuadros y eso entonces dependerá de las mañas que tengáis para rodearos de la gente adecuada y... bueno... sonrió mientras despacio cogía la taza de té y bebía Por ahora os veo eligiendo bien a vuestros amigos así que... os auguro un buen futuro si todo sigue así."
"Y además son los colores de Benten-Kami-sama, no sólo el atribuible al rosado del amor romántico sino al violáceo de la mayoría de sus túnicas.
¿Casualidad?"
Preguntó como si ella dijera que no creía en estas.
Hanashirusato se quedó muy atenta a la explicación que estabas dando de la técnica y en sus ojos se pintaba que estaba dibujando en su mente lo que le estabas contando maravillada.
"Oh realmente admiro mucho a los artistas." remarcó"Tenéis una capacidad maravillosa para sorprender incluso con vuestro arte."
También obviamente ella se quitaba del rango de artista aunque estabas seguro que se consideraba como tal, como autora de historias. Seguramente como casamentera tendría rango para algunos de tal porque sin lugar a dudas era hacer algo inaudito con las personas, sacar el mayor provecho de una manera muy distinta pero ese era otro asunto.
"Yo siempre digo que aunque nosotros veamos ahora como algo clásico lo que se hizo en esa época no podemos olvidar que fueron los inventores de la mayoría de estas."
Te señaló en lo que decías.
"Una de las cosas que más me gusta de ese periodo justamente es eso y la alegría con la que se exponían para crear cosas nuevas. Creo realmente que existía dicha emoción porque cuando ves las obras no puedes más que sentirlo."
"¿La obra rodeada de estas? Hum... sería la verdad que la forma perfecta para presentarla y que se entendiera pero a la vez deberíais tener cuidado. ¿No os da miedo que piezas tan clásicas os puedan robar el sol?"
Bromeó con el juego de palabras.
Antes que te fueras Hana estiró la mano un poco para coger la tetera y volverse a servir y te dijo:
"Una cosa antes que os marchéis."
te frenó de lleno.
"¿Ya sabe vuestro león algo?"
"Y además son los colores de Benten-Kami-sama, no sólo el atribuible al rosado del amor romántico sino al violáceo de la mayoría de sus túnicas.
¿Casualidad?"
Preguntó como si ella dijera que no creía en estas.
Hanashirusato se quedó muy atenta a la explicación que estabas dando de la técnica y en sus ojos se pintaba que estaba dibujando en su mente lo que le estabas contando maravillada.
"Oh realmente admiro mucho a los artistas." remarcó"Tenéis una capacidad maravillosa para sorprender incluso con vuestro arte."
También obviamente ella se quitaba del rango de artista aunque estabas seguro que se consideraba como tal, como autora de historias. Seguramente como casamentera tendría rango para algunos de tal porque sin lugar a dudas era hacer algo inaudito con las personas, sacar el mayor provecho de una manera muy distinta pero ese era otro asunto.
"Yo siempre digo que aunque nosotros veamos ahora como algo clásico lo que se hizo en esa época no podemos olvidar que fueron los inventores de la mayoría de estas."
Te señaló en lo que decías.
"Una de las cosas que más me gusta de ese periodo justamente es eso y la alegría con la que se exponían para crear cosas nuevas. Creo realmente que existía dicha emoción porque cuando ves las obras no puedes más que sentirlo."
"¿La obra rodeada de estas? Hum... sería la verdad que la forma perfecta para presentarla y que se entendiera pero a la vez deberíais tener cuidado. ¿No os da miedo que piezas tan clásicas os puedan robar el sol?"
Bromeó con el juego de palabras.
Antes que te fueras Hana estiró la mano un poco para coger la tetera y volverse a servir y te dijo:
"Una cosa antes que os marchéis."
te frenó de lleno.
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"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
-Viniendo de vos, vuestra apreciación es todo un halago, Hanashirusato-sama -le respondo inclinándome con un gesto especialmente reverente hacia su persona. La Otomo podría haberlo dicho por Kotoko, Kuronuma, Yashiko, Nozomi y en cualquier caso habría tenido razón, sin embargo yo actúo como si lo entendiera referido a ella misma, como mi mejor aliada y desde luego de la cuna más noble, los Otomo.
Y, si realmente es el caso, se trata de un gran halago porque no sólo los ha descrito como simples protectores sino como mis amigos incluyéndose ella en el grupo, lo que implicaría que me ve como alguien más cercano que un mero actor más en otro de sus "maravillosos cuentos". Si una serpiente puede profesar cariño o al menos afecto, sin duda esto sería lo más cercano.
O no, y me lo imagino todo, ju. Da igual, en el corto plazo al menos, cuales sean los motivos por los que quiera protegerme, sino que lo haga.
-En las provincias suele decirse que sólo si lanzas un puñado de semillas al aire, puedes contar con la casualidad para determinar donde caerá cada una. Lo que no deja de ser una forma rápida de sembrar pero también un desperdicio de recursos.
No me imagino a Su Majestad Imperial buscando el camino rápido, ni descuidando sus talentos a la ligera así que... no creo que haya nada casual a su alrededor -contesto con una leve sonrisa en la comisura de los labios. Si que creo que existe la casualidad, pero vendría a ser la cualidad de los individuos sin talento, y esos nunca llegan a la Ciudad Prohibida.
-"Tenemos", si me permitís el atrevimiento de corregiros, mi dama -suspiro con un cabeceo elegante y sumiso, por aquello de que siempre hay que hilar muy fino para llevarle la contraria a alguien de mucho mayor rango incluso aunque hacerlo sea una alabanza. Confío en que juegue a mi favor que Hanashirusato sea tan poco dada a la falsa modestia como yo mismo.
No es que su disciplina esté exenta de cierta crueldad ocasional, como la de un taxidermista que sacrifica vitalidad a cambio de inmortalizar la belleza, pero eso no implica que si en algún lugar las relaciones humanas pueden ser consideradas al nivel de un arte, es en la corte del Imperio Esmeralda.
-Oh no podría estar más de acuerdo con vos. Aún así hay tantos que se empeñan en defender la idea de que la mejor manera de honrar la obra de un maestro innovador elevado ya a la categoría de ancestro y por tanto referente, es la canónica ausencia total de innovación...
¿Qué dirían aquellos artistas, cuya obra se basó precisamente en no seguir lo establecido, si vieran ahora las escuelas repletas de individuos sin talento pregonando que hay que seguir la supuesta norma establecida por aquellos, no en espíritu sino en simple forma carente de alma? -expongo negando con la cabeza mientras dejo escapar un suspiro.
No son pocas las discusiones que he mantenido en ciertos círculos de Kyuden Kakita, y al final contaba siempre con la desventaja de que mi opinión era en cierto modo desdeñada por ser un kendoka y no un verdadero "artista de escuela", cosa que por otro lado me permitía sostener la velada pero permanente amenaza de que llegadas las cosas a mayores podía partir al más pintado por la mitad de un tajo.
Pros y contras, ju.
-Pienso que Hantei Genji-kami fue, con su pasión por todas las artes, capaz de crear un ambiente muy favorable en la corte para que los artistas se expusieran y arriesgaran para crear nuevos registros, que hoy son clásicos. No es aventurado pensar que con ello salvó al joven Imperio de la peor de sus crisis, dando paso de nuevo a la luz.
Quien sabe si la historia recordará la "Era Yukirohime" como un nuevo renacimiento, del tránsito de un cierto... periodo convulso, en su justa medida considerado, a una época de esplendor -murmuro pensativo. No es baladí, Genji afrontó el primer día del Trueno pero se valió del arte y la cultura para reconstruir y dejar una herencia luminosa. ¿Podría hacer Yukirohime lo mismo, en la escala en la que el Hantei Loco no es Fu Leng pero desde luego si una catástrofe para el prestigio del linaje imperial? ¿Usar el arte de nuevo para construir una vez más sobre las cenizas?
Desde luego si la cultura tiene una utilidad para los gobernantes ésta es una de las más importantes, y como ya he dicho, no creo que la Ama deje que las cosas sucedan por casualidad a su alrededor.
-Para bien o para mal, en mi familia somos más dados a pecar de arrogancia que de modestia. Así que si, debo tener presente el riesgo del que me advertís... Afortunadamente, tratándose de la protagonista que se trata, estoy seguro que Otomo Noriko-sama estará muy pendiente de la armonía hasta del último detalle, por lo que puedo contar con su sensatez -me encojo de hombros con gracia, para decir que quizás yo podría pecar por exceso de euforia, pero la Ama ya se ocupará de enviar a Noriko para asegurarse de que nada le haga sombra a ella.
-¿Mi...? -repito sorprendido por la elección de palabras por un segundo, hasta que me cabeza hace clic y enseguida piensa en Yashiko -Ah si, por supuesto... Bueno, conscientemente no, sigue sin saberlo. Aunque no deja de ser... como explicarlo, un vaso casi lleno sobre el que no deja de gotear agua; podría desbordarse con la siguiente gota, o tardar semanas.
Ayer mismo de hecho, nos encontramos en una pequeña tienda de antigüedades con ciertos objetos... que habían pertenecido en el pasado al león, y a su esposa. Una nota manuscrita de ésta, un mapa dibujado por aquel. Incluso su antiguo tessen de batalla. Fue obvio que le afectó, aunque no llegó a comprender en que extensión. Gotas. Por si misma ninguna llena el vaso, pero tarde o temprano habrá alguna que lo haga rebosar de golpe y entonces se dará cuenta de todo.
Además está el asunto de que... -suspiro mirando a mi alrededor -el león tiene sus medios para estar al tanto de todo lo que ocurre aquí arriba. Sabe que vos no prestáis atención a historias menores que no están a la altura de vuestro talento, así que comenzará a hacerse preguntas, si es que no lo ha hecho ya -le comento tratando de evitar ser demasiado específico, porque cualquier sirviente de este palacio podría informar a alguien, y ese alguien a otro alguien, y Yashiko nunca estaría demasiado lejos de toda esa información.
Lo que quiero decir es que ella a buen seguro se preguntará cual es el interés de mi relación con Hanashirusato, y si eso tiene algo que ver con mi estado soltero. Lo lógico sería pensar en Otomo Nazoko, pero la Doji es demasiado lista como para seguir una pista falsa demasiado tiempo... Aquí el verdadero problema que trato de explicar es que si, por algún motivo, Yashiko decide preguntarme directamente qué estoy haciendo, mentirle no sería una opción.
Y, si realmente es el caso, se trata de un gran halago porque no sólo los ha descrito como simples protectores sino como mis amigos incluyéndose ella en el grupo, lo que implicaría que me ve como alguien más cercano que un mero actor más en otro de sus "maravillosos cuentos". Si una serpiente puede profesar cariño o al menos afecto, sin duda esto sería lo más cercano.
O no, y me lo imagino todo, ju. Da igual, en el corto plazo al menos, cuales sean los motivos por los que quiera protegerme, sino que lo haga.
-En las provincias suele decirse que sólo si lanzas un puñado de semillas al aire, puedes contar con la casualidad para determinar donde caerá cada una. Lo que no deja de ser una forma rápida de sembrar pero también un desperdicio de recursos.
No me imagino a Su Majestad Imperial buscando el camino rápido, ni descuidando sus talentos a la ligera así que... no creo que haya nada casual a su alrededor -contesto con una leve sonrisa en la comisura de los labios. Si que creo que existe la casualidad, pero vendría a ser la cualidad de los individuos sin talento, y esos nunca llegan a la Ciudad Prohibida.
-"Tenemos", si me permitís el atrevimiento de corregiros, mi dama -suspiro con un cabeceo elegante y sumiso, por aquello de que siempre hay que hilar muy fino para llevarle la contraria a alguien de mucho mayor rango incluso aunque hacerlo sea una alabanza. Confío en que juegue a mi favor que Hanashirusato sea tan poco dada a la falsa modestia como yo mismo.
No es que su disciplina esté exenta de cierta crueldad ocasional, como la de un taxidermista que sacrifica vitalidad a cambio de inmortalizar la belleza, pero eso no implica que si en algún lugar las relaciones humanas pueden ser consideradas al nivel de un arte, es en la corte del Imperio Esmeralda.
-Oh no podría estar más de acuerdo con vos. Aún así hay tantos que se empeñan en defender la idea de que la mejor manera de honrar la obra de un maestro innovador elevado ya a la categoría de ancestro y por tanto referente, es la canónica ausencia total de innovación...
¿Qué dirían aquellos artistas, cuya obra se basó precisamente en no seguir lo establecido, si vieran ahora las escuelas repletas de individuos sin talento pregonando que hay que seguir la supuesta norma establecida por aquellos, no en espíritu sino en simple forma carente de alma? -expongo negando con la cabeza mientras dejo escapar un suspiro.
No son pocas las discusiones que he mantenido en ciertos círculos de Kyuden Kakita, y al final contaba siempre con la desventaja de que mi opinión era en cierto modo desdeñada por ser un kendoka y no un verdadero "artista de escuela", cosa que por otro lado me permitía sostener la velada pero permanente amenaza de que llegadas las cosas a mayores podía partir al más pintado por la mitad de un tajo.
Pros y contras, ju.
-Pienso que Hantei Genji-kami fue, con su pasión por todas las artes, capaz de crear un ambiente muy favorable en la corte para que los artistas se expusieran y arriesgaran para crear nuevos registros, que hoy son clásicos. No es aventurado pensar que con ello salvó al joven Imperio de la peor de sus crisis, dando paso de nuevo a la luz.
Quien sabe si la historia recordará la "Era Yukirohime" como un nuevo renacimiento, del tránsito de un cierto... periodo convulso, en su justa medida considerado, a una época de esplendor -murmuro pensativo. No es baladí, Genji afrontó el primer día del Trueno pero se valió del arte y la cultura para reconstruir y dejar una herencia luminosa. ¿Podría hacer Yukirohime lo mismo, en la escala en la que el Hantei Loco no es Fu Leng pero desde luego si una catástrofe para el prestigio del linaje imperial? ¿Usar el arte de nuevo para construir una vez más sobre las cenizas?
Desde luego si la cultura tiene una utilidad para los gobernantes ésta es una de las más importantes, y como ya he dicho, no creo que la Ama deje que las cosas sucedan por casualidad a su alrededor.
-Para bien o para mal, en mi familia somos más dados a pecar de arrogancia que de modestia. Así que si, debo tener presente el riesgo del que me advertís... Afortunadamente, tratándose de la protagonista que se trata, estoy seguro que Otomo Noriko-sama estará muy pendiente de la armonía hasta del último detalle, por lo que puedo contar con su sensatez -me encojo de hombros con gracia, para decir que quizás yo podría pecar por exceso de euforia, pero la Ama ya se ocupará de enviar a Noriko para asegurarse de que nada le haga sombra a ella.
-¿Mi...? -repito sorprendido por la elección de palabras por un segundo, hasta que me cabeza hace clic y enseguida piensa en Yashiko -Ah si, por supuesto... Bueno, conscientemente no, sigue sin saberlo. Aunque no deja de ser... como explicarlo, un vaso casi lleno sobre el que no deja de gotear agua; podría desbordarse con la siguiente gota, o tardar semanas.
Ayer mismo de hecho, nos encontramos en una pequeña tienda de antigüedades con ciertos objetos... que habían pertenecido en el pasado al león, y a su esposa. Una nota manuscrita de ésta, un mapa dibujado por aquel. Incluso su antiguo tessen de batalla. Fue obvio que le afectó, aunque no llegó a comprender en que extensión. Gotas. Por si misma ninguna llena el vaso, pero tarde o temprano habrá alguna que lo haga rebosar de golpe y entonces se dará cuenta de todo.
Además está el asunto de que... -suspiro mirando a mi alrededor -el león tiene sus medios para estar al tanto de todo lo que ocurre aquí arriba. Sabe que vos no prestáis atención a historias menores que no están a la altura de vuestro talento, así que comenzará a hacerse preguntas, si es que no lo ha hecho ya -le comento tratando de evitar ser demasiado específico, porque cualquier sirviente de este palacio podría informar a alguien, y ese alguien a otro alguien, y Yashiko nunca estaría demasiado lejos de toda esa información.
Lo que quiero decir es que ella a buen seguro se preguntará cual es el interés de mi relación con Hanashirusato, y si eso tiene algo que ver con mi estado soltero. Lo lógico sería pensar en Otomo Nazoko, pero la Doji es demasiado lista como para seguir una pista falsa demasiado tiempo... Aquí el verdadero problema que trato de explicar es que si, por algún motivo, Yashiko decide preguntarme directamente qué estoy haciendo, mentirle no sería una opción.
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"No la olvidéis."
La apreciación, las palabras, fuera lo que fuera que ella tuviera en la mente sobre ti mismo.
"Oh, de provincias."
Se rio esta tapándose la boca mientras escuchaba tu "sabiduría popular" como algo realmente gracioso y pintoresco, de pueblo, que cosas... pero no por ello tenía menos razón.
"La sabiduría, decía Shinsei, estaba en los lagos y en las piedras también."
Desde el campo hacia la ciudad, validando lo que decías pero sobretodo validando que alguien como Ella dejaría todo atado incluso a la propia suerte si pudiera.
"Tenemos........"
Repitió mientras te observaba y sentías una vez más eso que te dijo Nozomi, no mientas, no te atrevas a mentirle a los maestros de las verdades si quieres sobrevivir, más vale ser terriblemente sincero a veces y sobretodo destapar tus cartas que mentirles y pensar que puedes hacerlo sin consecuencias.
Y si, tu lo pensabas, por ti, por tu madre, por tu señora, por Yashiko, por lo que habías visto, la corte era el primer arte que la Dama Doji en realidad trajo a este Imperio y gracias al cual se desarrollaron los demás y tuvieron espacio, donde un jarrón dejó de ser algo para poner agua sino para sublimarlo, y así con todo.
Por eso ese "tenemos" no fue falso, no lo sonó ni se sintió.
"¿Pensáis que en el futuro, desde donde los Ancestros Bendecidos, podréis mirar a quien renueve lo que estáis renovando y sentiros orgulloso?"
te preguntó esta.
"Esa filosofía tiene mucho de duelista, sin duda, buscando el mejor golpe incluso por encima del mejor."
"La era de Yukirohime........"
La Dama Hana se quedó muy seria pensando en aquello, pero lo que vistes no era alguien que pensaba que aquello era una absurdez ni una idea de cabeza sino realmente un pensamiento que se podía incrustar ya no tanto en su cabeza sino en la de la Ama.
"Algunos cortesanos piensan que la mejor forma de pasar a la historia en este parte del reinado es no tener que pasar a la historia. como si dijera que la mejor noticia es que todo volviera a ser como debía ser por supuesto esas personas no poseen ni una pizca de talento o de gusto artístico como podréis suponer... ¿Qué época se precia realmente sin que haya arte que recordar de por medio, por ejemplo?"
Luego se quedó escuchando lo de Noriko y asintió.
"Hum... sisi, De todas las serpientes, sin lugar a dudas es a la que más deberéis escuchar....
en este vuestro cometido, claro."
Hana se apoyó en la mensa pensativa mientras le contabas sobre el goteo incesante de verdades y sus ojos se perdieron en la nada.
"Hum............ jardines.... no... quizás demasiado común... ¿en la playa? ay no... que horror el sol... debería ser un lugar... no un lugar... EL lugar...."
Empezó a murmurar ella sola perdida en sus pensamientos unos minutos que no la interrumpiste hasta que pestañeó varias veces y pareció volver a donde estaba y a mirarte.
"Necesitamos UN lugar, EL lugar, no puede haber una realización de golpe en cualquier parte nononononono y no. Debe ser perfecto. Debe ser medido. Deben... alzarse grullas en ese momento al ire como símbolo de sabiduría y el sonido lejano de un gong a la meditación, o los cánticos de unos monjes... nono mejor, tiene que haber música, claro, cómo no va a sonar música pero... ¿qué clase de música?............"
Hana te observó con las cejas un poco fruncidas como si te escudriñase y te dijo:
"Debéis encontrar la música que sea una gota de agua.
La perfecta. No puede ser menos.
Tengo no tenemos, tengo que tener en cuenta cada detalle, no puede llegar a la conclusión de cualquier forma ni mucho menos en cualquier lugar. Nonononono. Debe ser perfecto. Sublime. Que cuando se cuente la historia con el paso de los siglos se crea que ha sido pura idealización y que nadie sea capaz de idealizarlo más.
¿Entendéis?
Hay que tener cuidado, el vaso no puede llenarse hasta el momento justo."
No vayas a estropear mi historia, era también el otro mensaje, o lo lamentarás.
La apreciación, las palabras, fuera lo que fuera que ella tuviera en la mente sobre ti mismo.
"Oh, de provincias."
Se rio esta tapándose la boca mientras escuchaba tu "sabiduría popular" como algo realmente gracioso y pintoresco, de pueblo, que cosas... pero no por ello tenía menos razón.
"La sabiduría, decía Shinsei, estaba en los lagos y en las piedras también."
Desde el campo hacia la ciudad, validando lo que decías pero sobretodo validando que alguien como Ella dejaría todo atado incluso a la propia suerte si pudiera.
"Tenemos........"
Repitió mientras te observaba y sentías una vez más eso que te dijo Nozomi, no mientas, no te atrevas a mentirle a los maestros de las verdades si quieres sobrevivir, más vale ser terriblemente sincero a veces y sobretodo destapar tus cartas que mentirles y pensar que puedes hacerlo sin consecuencias.
Y si, tu lo pensabas, por ti, por tu madre, por tu señora, por Yashiko, por lo que habías visto, la corte era el primer arte que la Dama Doji en realidad trajo a este Imperio y gracias al cual se desarrollaron los demás y tuvieron espacio, donde un jarrón dejó de ser algo para poner agua sino para sublimarlo, y así con todo.
Por eso ese "tenemos" no fue falso, no lo sonó ni se sintió.
"¿Pensáis que en el futuro, desde donde los Ancestros Bendecidos, podréis mirar a quien renueve lo que estáis renovando y sentiros orgulloso?"
te preguntó esta.
"Esa filosofía tiene mucho de duelista, sin duda, buscando el mejor golpe incluso por encima del mejor."
"La era de Yukirohime........"
La Dama Hana se quedó muy seria pensando en aquello, pero lo que vistes no era alguien que pensaba que aquello era una absurdez ni una idea de cabeza sino realmente un pensamiento que se podía incrustar ya no tanto en su cabeza sino en la de la Ama.
"Algunos cortesanos piensan que la mejor forma de pasar a la historia en este parte del reinado es no tener que pasar a la historia. como si dijera que la mejor noticia es que todo volviera a ser como debía ser por supuesto esas personas no poseen ni una pizca de talento o de gusto artístico como podréis suponer... ¿Qué época se precia realmente sin que haya arte que recordar de por medio, por ejemplo?"
Luego se quedó escuchando lo de Noriko y asintió.
"Hum... sisi, De todas las serpientes, sin lugar a dudas es a la que más deberéis escuchar....
en este vuestro cometido, claro."
Hana se apoyó en la mensa pensativa mientras le contabas sobre el goteo incesante de verdades y sus ojos se perdieron en la nada.
"Hum............ jardines.... no... quizás demasiado común... ¿en la playa? ay no... que horror el sol... debería ser un lugar... no un lugar... EL lugar...."
Empezó a murmurar ella sola perdida en sus pensamientos unos minutos que no la interrumpiste hasta que pestañeó varias veces y pareció volver a donde estaba y a mirarte.
"Necesitamos UN lugar, EL lugar, no puede haber una realización de golpe en cualquier parte nononononono y no. Debe ser perfecto. Debe ser medido. Deben... alzarse grullas en ese momento al ire como símbolo de sabiduría y el sonido lejano de un gong a la meditación, o los cánticos de unos monjes... nono mejor, tiene que haber música, claro, cómo no va a sonar música pero... ¿qué clase de música?............"
Hana te observó con las cejas un poco fruncidas como si te escudriñase y te dijo:
"Debéis encontrar la música que sea una gota de agua.
La perfecta. No puede ser menos.
Tengo no tenemos, tengo que tener en cuenta cada detalle, no puede llegar a la conclusión de cualquier forma ni mucho menos en cualquier lugar. Nonononono. Debe ser perfecto. Sublime. Que cuando se cuente la historia con el paso de los siglos se crea que ha sido pura idealización y que nadie sea capaz de idealizarlo más.
¿Entendéis?
Hay que tener cuidado, el vaso no puede llenarse hasta el momento justo."
No vayas a estropear mi historia, era también el otro mensaje, o lo lamentarás.
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
Le sonrío de vuelta a la dama Otomo, sabía que la cita llamaría su atención, dejando insinuar que a mi también me hace gracia la sabiduría popular, pues suele ser pintoresca en sus formas, pero a la vez su fondo está repleto de la experiencia de los siglos.
-Dicen que Shinsei una vez tocó uno de los hermosos sillares de mármol pulido de la pared del Palacio Hantei, y les recordó a sus discípulos que no olvidasen que aquella piedra no hacía tanto, un suspiro de hecho en la edad de la tierra, formaba parte del paisaje salvaje de la veta de una montaña. Si, los mortales habían construido una cantera sobre esa veta, excavado la roca, dado forma, pulido y levantado con ella un palacio, pero... la piedra seguía siendo la misma -suspiro encogiéndome de hombros. Como la mayoría de las citas de Shinsei, ya saliera de sus labios o sólo se le adjudicara, no poseían un claro significado directo, sólo abrían la oportunidad para reflexionar de forma más profunda.
-Tal como yo lo veo, y esto es una opinión personal, lo que el pequeño maestro indicaba es que el Palacio ya estaba contenido dentro de la montaña. El talento de los artesanos fue quitar los restos de piedra que sobraban alrededor de éste -añado como mi interpretación, o más bien la que me inculcaron mis maestros. De igual modo el saber se transmite desde lo pintoresco a lo más sofisticado.
Cuando Hanashirusato me observa calibrando la sinceridad de mis palabras, no me siento especialmente preocupado. La propia Yashiko ya me acostumbró a ello en su momento, cuando se tomaba su tiempo para decidir si yo era digno de su interés, y con ella regía la misma regla: si le mientes, lo sabrá; no importa como de bien creas que puedes hacerlo, lo sabrá y el juego se habrá acabado.
Así que quizás otro podría haber tratado de expresar un falso halago, pero no yo. Soy grulla, y en mi familia hemos crecido reconociendo que el primer arte que Doji creó fue el de las relaciones sociales, la corte y por extensión la política. No en vano siempre le he "llevado la contraria" a Yashiko cuando ella afirma no tener un alma creativa para lo artístico.
-Por supuesto que me sentiré orgulloso -contesto sin duda alguna, sonriendo ante esa idea de llegar a ser un ancestro bendecido directamente -Me resultará muy emocionante presenciar generación tras generación hacia donde se pueda renovar constantemente lo que yo haya aportado. Obviamente algunas opciones me agradarán más que otras, pero... creo que una vez que esté en Yomi me permitiré el lujo de ser extremadamente condescendiente con mis admiradores -nunca he entendido ese supuesto principio de que haya que tratar a todos por igual- Así que, bueno, creo que bendeciré también en su justa medida a los que se limiten a imitarme, siempre que... no obliguen a otros a hacerlo. -confieso con media sonrisa. Los míos, mis hijos artísticos, siempre estarán por encima en mis oraciones.
-Sería perfectamente plausible. El hecho de que un determinado periodo de la historia vea un florecimiento del arte y la cultura tan potente como para crear un estilo propio que perdura a lo largo de los siglos, suele conllevar una terminología propia igualmente duradera; es algo que ya ha sucedido. Como en la Era Genji. Se habla de su vestimenta, arquitectura, su poesía, su pintura... e inmediatamente las palabras se vuelven reconocibles.
Y siempre ha sido el arte quien ha esto hecho posible -argumento encogiéndome de hombros.
-Un lugar -repito pensativo, dejándome unos segundos más de margen para pensar bebiendo un largo trago de té -Bueno, se que ambos pasaron épocas en esta ciudad, porque aquí es donde editaban los libros de ella. Un imperial, según me contó Nozomi-san, que es toda una experta en sus biografías; esa editorial aún perdura -murmuro ofreciendo una primera posibilidad.
-También tuvieron que residir en algún lugar, aunque no se exactamente cuanto tiempo ni donde. Una casita propia que aún se mantuviera en pie sería perfecto, pero también es posible que ya no exista o que no pasaran en ella tanto tiempo como para considerarla su hogar. La Ciudad Prohibida es más resistente a los cambios, pero todos los otosanitas insisten en que más allá de las murallas las calles y edificios se transforman con notable rapidez, y han pasado doscientos años...
Y luego, claro... está... hum, la tienda de los objetos perdidos. ¿El hogar que ambos si hicieron suyo allá en tierras del león podría ser considerado un objeto perdido? Con su jardín por supuesto, el mismo que le encargó cuidar y del que brotó aquella primera flor, y con ella la primera palabra de la mujer en mucho tiempo, "hana..."
Lo bueno de ese lugar es que por particularidades de su emplazamiento sería sencillo conseguir un escenario perfecto, con grullas, música y todo lo que yo fuera... capaz de soñar. Ese local es propiedad en última instancia de sensei Miya Nisio-sama -apunto al final, como si de alguna manera eso fuera suficiente para explicar cómo sería posible todo lo que digo, sin tener que dar más justificaciones. Tres opciones, con sus pros y contras.
-Eso si, no puede obviarse el riesgo de que "el león" se sumiera en una confusión apabullante ante tanto estímulo kármico de golpe, hay que tenerlo en cuenta -suspiro para mi mismo. Las gotas justas para desbordar el vaso, no un jarro de golpe. ¿Cómo se calcula eso, cielos...?
-En cuanto a la música -otro sorbo más de té -No tengo constancia de qué clase de ella podría tener el efecto de esa gota. Pero puedo investigarlo; conozco a varias personas a las que puedo preguntar por tal detalle -murmuro pensativo, asintiendo al hecho de que no hay empresa imposible para un descendiente de Kakita. La dicha Nozomi, Otsumoko, Tessen... Cualquiera de ellos podría saberlo.
-No puede llenarse antes de tiempo, ni aturullarse al final. Parece un reto imposible, pero... quizás por eso el destino ha elegido a... estas dos familias en particular -suspiro soplando con elegancia el humo de la taza y observando las volutas formarse con un caótico orden. Kakita y Doji, por supuesto.
-Dicen que Shinsei una vez tocó uno de los hermosos sillares de mármol pulido de la pared del Palacio Hantei, y les recordó a sus discípulos que no olvidasen que aquella piedra no hacía tanto, un suspiro de hecho en la edad de la tierra, formaba parte del paisaje salvaje de la veta de una montaña. Si, los mortales habían construido una cantera sobre esa veta, excavado la roca, dado forma, pulido y levantado con ella un palacio, pero... la piedra seguía siendo la misma -suspiro encogiéndome de hombros. Como la mayoría de las citas de Shinsei, ya saliera de sus labios o sólo se le adjudicara, no poseían un claro significado directo, sólo abrían la oportunidad para reflexionar de forma más profunda.
-Tal como yo lo veo, y esto es una opinión personal, lo que el pequeño maestro indicaba es que el Palacio ya estaba contenido dentro de la montaña. El talento de los artesanos fue quitar los restos de piedra que sobraban alrededor de éste -añado como mi interpretación, o más bien la que me inculcaron mis maestros. De igual modo el saber se transmite desde lo pintoresco a lo más sofisticado.
Cuando Hanashirusato me observa calibrando la sinceridad de mis palabras, no me siento especialmente preocupado. La propia Yashiko ya me acostumbró a ello en su momento, cuando se tomaba su tiempo para decidir si yo era digno de su interés, y con ella regía la misma regla: si le mientes, lo sabrá; no importa como de bien creas que puedes hacerlo, lo sabrá y el juego se habrá acabado.
Así que quizás otro podría haber tratado de expresar un falso halago, pero no yo. Soy grulla, y en mi familia hemos crecido reconociendo que el primer arte que Doji creó fue el de las relaciones sociales, la corte y por extensión la política. No en vano siempre le he "llevado la contraria" a Yashiko cuando ella afirma no tener un alma creativa para lo artístico.
-Por supuesto que me sentiré orgulloso -contesto sin duda alguna, sonriendo ante esa idea de llegar a ser un ancestro bendecido directamente -Me resultará muy emocionante presenciar generación tras generación hacia donde se pueda renovar constantemente lo que yo haya aportado. Obviamente algunas opciones me agradarán más que otras, pero... creo que una vez que esté en Yomi me permitiré el lujo de ser extremadamente condescendiente con mis admiradores -nunca he entendido ese supuesto principio de que haya que tratar a todos por igual- Así que, bueno, creo que bendeciré también en su justa medida a los que se limiten a imitarme, siempre que... no obliguen a otros a hacerlo. -confieso con media sonrisa. Los míos, mis hijos artísticos, siempre estarán por encima en mis oraciones.
-Sería perfectamente plausible. El hecho de que un determinado periodo de la historia vea un florecimiento del arte y la cultura tan potente como para crear un estilo propio que perdura a lo largo de los siglos, suele conllevar una terminología propia igualmente duradera; es algo que ya ha sucedido. Como en la Era Genji. Se habla de su vestimenta, arquitectura, su poesía, su pintura... e inmediatamente las palabras se vuelven reconocibles.
Y siempre ha sido el arte quien ha esto hecho posible -argumento encogiéndome de hombros.
-Un lugar -repito pensativo, dejándome unos segundos más de margen para pensar bebiendo un largo trago de té -Bueno, se que ambos pasaron épocas en esta ciudad, porque aquí es donde editaban los libros de ella. Un imperial, según me contó Nozomi-san, que es toda una experta en sus biografías; esa editorial aún perdura -murmuro ofreciendo una primera posibilidad.
-También tuvieron que residir en algún lugar, aunque no se exactamente cuanto tiempo ni donde. Una casita propia que aún se mantuviera en pie sería perfecto, pero también es posible que ya no exista o que no pasaran en ella tanto tiempo como para considerarla su hogar. La Ciudad Prohibida es más resistente a los cambios, pero todos los otosanitas insisten en que más allá de las murallas las calles y edificios se transforman con notable rapidez, y han pasado doscientos años...
Y luego, claro... está... hum, la tienda de los objetos perdidos. ¿El hogar que ambos si hicieron suyo allá en tierras del león podría ser considerado un objeto perdido? Con su jardín por supuesto, el mismo que le encargó cuidar y del que brotó aquella primera flor, y con ella la primera palabra de la mujer en mucho tiempo, "hana..."
Lo bueno de ese lugar es que por particularidades de su emplazamiento sería sencillo conseguir un escenario perfecto, con grullas, música y todo lo que yo fuera... capaz de soñar. Ese local es propiedad en última instancia de sensei Miya Nisio-sama -apunto al final, como si de alguna manera eso fuera suficiente para explicar cómo sería posible todo lo que digo, sin tener que dar más justificaciones. Tres opciones, con sus pros y contras.
-Eso si, no puede obviarse el riesgo de que "el león" se sumiera en una confusión apabullante ante tanto estímulo kármico de golpe, hay que tenerlo en cuenta -suspiro para mi mismo. Las gotas justas para desbordar el vaso, no un jarro de golpe. ¿Cómo se calcula eso, cielos...?
-En cuanto a la música -otro sorbo más de té -No tengo constancia de qué clase de ella podría tener el efecto de esa gota. Pero puedo investigarlo; conozco a varias personas a las que puedo preguntar por tal detalle -murmuro pensativo, asintiendo al hecho de que no hay empresa imposible para un descendiente de Kakita. La dicha Nozomi, Otsumoko, Tessen... Cualquiera de ellos podría saberlo.
-No puede llenarse antes de tiempo, ni aturullarse al final. Parece un reto imposible, pero... quizás por eso el destino ha elegido a... estas dos familias en particular -suspiro soplando con elegancia el humo de la taza y observando las volutas formarse con un caótico orden. Kakita y Doji, por supuesto.
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"
- Isawa_Hiromi
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
"Oh si, no sólo el Pequeño Maestro piensa eso de la piedra y del palacio. Es común oírlo sobretodo en los artesanos de la piedra que comentan que las esculturas que salen de ella ya estaban allí antes que ellos mismos le dieran forma o la "sacaran a la luz"
Algo que habías oído de la misma manera de Otsu con los tatuajes.
La Dama se quedó estudiándote, sabiendo que era evidente, disfrutando de ello, pero en aquella confrontación no habían mentiras de lo que cada cual era así que la conclusión fue la misma para ambos.
Hana no pudo evitar reirse tapándose la mano con la boca cuando dijiste que una vez en el Yomi serías extraordinariamente condescendiente porque pocas cosas eran tan grullas como esa y a la vez sinceras en tus labios, siendo muy gracioso que lo expresases de esa forma delante suya.
"Esa me parece sin duda la mejor de las experiencias para vivir una vez que seamos inmortales."
la de juzgar a los demás y que te tengan miedo por ello por no estar a la altura, vamos, casi como ser un Otomo...
La dama te escuchó teniendo en cuenta esa clase de detalles y fue asintiendo a lo que decías.
"Oh, no queremos una saturación, por supuesto, si lo hay es que no es perfecto, es demasiado, y algo así no puede ser ni demasiado poco ni demasiado a secas."
Asintió claramente.
"Pero no puede ser parco como para un León, después de todo ahora ella es Grulla. dejo muy claroVamos a necesitar más reuniones sobre esto. Me informaré sobre la editorial y si existe o no la casa. era un déjalo en mis manos lo quieras o no y hablaré con algunos expertos en la obra de Aoki Ko, en su vida más bien, veremos que ideas puedo sacar.
Y vos... te señaló con su mirada traedme el punto medio. de la música o de lo que seaNo puede no ser perfecto.
Por vos claro, por vuestra historia..."
Y ahora si te podías marchar.
OUT
hacia donde vas?
Algo que habías oído de la misma manera de Otsu con los tatuajes.
La Dama se quedó estudiándote, sabiendo que era evidente, disfrutando de ello, pero en aquella confrontación no habían mentiras de lo que cada cual era así que la conclusión fue la misma para ambos.
Hana no pudo evitar reirse tapándose la mano con la boca cuando dijiste que una vez en el Yomi serías extraordinariamente condescendiente porque pocas cosas eran tan grullas como esa y a la vez sinceras en tus labios, siendo muy gracioso que lo expresases de esa forma delante suya.
"Esa me parece sin duda la mejor de las experiencias para vivir una vez que seamos inmortales."
la de juzgar a los demás y que te tengan miedo por ello por no estar a la altura, vamos, casi como ser un Otomo...
La dama te escuchó teniendo en cuenta esa clase de detalles y fue asintiendo a lo que decías.
"Oh, no queremos una saturación, por supuesto, si lo hay es que no es perfecto, es demasiado, y algo así no puede ser ni demasiado poco ni demasiado a secas."
Asintió claramente.
"Pero no puede ser parco como para un León, después de todo ahora ella es Grulla. dejo muy claroVamos a necesitar más reuniones sobre esto. Me informaré sobre la editorial y si existe o no la casa. era un déjalo en mis manos lo quieras o no y hablaré con algunos expertos en la obra de Aoki Ko, en su vida más bien, veremos que ideas puedo sacar.
Y vos... te señaló con su mirada traedme el punto medio. de la música o de lo que seaNo puede no ser perfecto.
Por vos claro, por vuestra historia..."
Y ahora si te podías marchar.
OUT
hacia donde vas?
"Nací con el mar
Libertad del estío
y profundidad."
"Los caminos no están para llegar a nuestro destino sino para recorrerlos"
"NOSOTROS somos Otosan Uchi, el resto son sólo palabras."
Isawa Hiromi, Dominatrix in Wonderland
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- Kakita Koji
- Sarcástico duelista
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Re: Día 8.- Kakita Koji.- Mañana
La gracia de aquello de las piedras es que venía a querer decir que los humanos no podíamos transformar los elementos, sólo movíamos las piedras de un lugar a otro, y luego repetíamos que en un sitio eran civilizadas y estilosas, y en el otro no, cuando seguían siendo las mismas. Los kamis de tierra dentro de ellas ni siquiera habían pestañeado en su largo sueño, y nosotros nos creíamos que los habíamos civilizado.
Aunque opto por no verbalizar aquella reflexión, no sea que una Otomo no entienda la irónica gracia en ello, por si acaso, ju.
-Una vida de inmortal debe tener sus... momentos de inspiración, pero también de interés para uno mismo. Al menos siempre he pensado eso, después de todo se trataría del Yomi -sonrío encogiéndome de hombros. Sin cierta dosis de diversión es difícil entender cómo podría considerarse el Reino Celestial, que es otro modo de hablar de un paraíso superior a la vida humana.
-Y amor, por supuesto -añado, refiriéndome de modo obvio a Yashiko, o a Hidekazu, haciendo referencia a la propia historia de Kotome y sus motivaciones para no ascender.
-Una representación perfecta. Sin ensayos, sólo una oportunidad con la actriz principal... Todo o nada, ju. Me imagino que algo así debe de parecerles una locura a los de cualquier otrao clan -suspiro con ironía. Para los grullas es nuestra forma de vida, y presupongo que los descendientes de Doji deben ser especialmente divertidos para Hanashirusato precisamente por esto mismo.
-Así lo haré, tal como ordena mi señora Otomo. Por nuestra historia -repito su brindis, aunque usando un oportuno plural. Y ambiguo, porque puedo referirme a Yashiko y a mi, o a la propia Hana si ella desea verse como parte del cuento, aunque sea la de una narradora en primera persona.
Después de eso me despido debidamente, me vuelvo a inclinar reverentemente tras ponerme de pie y cuando me da permiso me marcho por donde he venido, el camino que Nozomi me ha indicado para evitar en la medida de lo posible encontronazos indeseables con serpientes, como si alguno no lo fuera.
Bueno si, con toda probabilidad Yashiko estará por ahí, pero casi mejor no verla en tal escenario, por si acaso.
Una vez dejado el Palacio Otomo a mi espalda, me dirijo hacia el ala de la Gran Madre del Palacio Hantei, que no es mal cambio uno por otro.
Es la hora acordada para comenzar el trabajo con su retrato, y aunque se que no me voy a encontrar directamente con ella, confío en que Kotoko no se haya olvidado de la cita y se haya asegurado de poder estar presente durante el proceso. En parte porque le parecerá lo suficientemente divertido como para no querer perdérselo, y en parte para tratar de cuidar de mi... Si la encuentro a ella, será un buen comienzo a un momento crucial de mi carrera artística.
FDI:
Pues eso, voy con la Ama...
Aunque opto por no verbalizar aquella reflexión, no sea que una Otomo no entienda la irónica gracia en ello, por si acaso, ju.
-Una vida de inmortal debe tener sus... momentos de inspiración, pero también de interés para uno mismo. Al menos siempre he pensado eso, después de todo se trataría del Yomi -sonrío encogiéndome de hombros. Sin cierta dosis de diversión es difícil entender cómo podría considerarse el Reino Celestial, que es otro modo de hablar de un paraíso superior a la vida humana.
-Y amor, por supuesto -añado, refiriéndome de modo obvio a Yashiko, o a Hidekazu, haciendo referencia a la propia historia de Kotome y sus motivaciones para no ascender.
-Una representación perfecta. Sin ensayos, sólo una oportunidad con la actriz principal... Todo o nada, ju. Me imagino que algo así debe de parecerles una locura a los de cualquier otrao clan -suspiro con ironía. Para los grullas es nuestra forma de vida, y presupongo que los descendientes de Doji deben ser especialmente divertidos para Hanashirusato precisamente por esto mismo.
-Así lo haré, tal como ordena mi señora Otomo. Por nuestra historia -repito su brindis, aunque usando un oportuno plural. Y ambiguo, porque puedo referirme a Yashiko y a mi, o a la propia Hana si ella desea verse como parte del cuento, aunque sea la de una narradora en primera persona.
Después de eso me despido debidamente, me vuelvo a inclinar reverentemente tras ponerme de pie y cuando me da permiso me marcho por donde he venido, el camino que Nozomi me ha indicado para evitar en la medida de lo posible encontronazos indeseables con serpientes, como si alguno no lo fuera.
Bueno si, con toda probabilidad Yashiko estará por ahí, pero casi mejor no verla en tal escenario, por si acaso.
Una vez dejado el Palacio Otomo a mi espalda, me dirijo hacia el ala de la Gran Madre del Palacio Hantei, que no es mal cambio uno por otro.
Es la hora acordada para comenzar el trabajo con su retrato, y aunque se que no me voy a encontrar directamente con ella, confío en que Kotoko no se haya olvidado de la cita y se haya asegurado de poder estar presente durante el proceso. En parte porque le parecerá lo suficientemente divertido como para no querer perdérselo, y en parte para tratar de cuidar de mi... Si la encuentro a ella, será un buen comienzo a un momento crucial de mi carrera artística.
FDI:
Pues eso, voy con la Ama...
"La genialidad no es más que la locura revestida de triunfo"